Pallete limpia la ‘herencia’ de Alierta en Telefónica en tres años
El presidente de Telefónica elimina casi la misma deuda que incrementó su antecesor
La Telefónica de José María Álvarez-Pallete no es la de César Alierta. El actual presidente, con ya tres años de gestión a sus espaldas, ha impulsado la transformación digital de la operadora, dando menos peso a los servicios tradicionales y cambiando su relación con los proveedores de tecnología. Pero, sobre todo, ha intentado librarse de la peor parte de la herencia recibida: la deuda.
César Alierta, que llegó desde Tabacalera y fue presidente de Telefónica durante 16 años (2000-2016), cogió las riendas de una compañía con 29.000 millones de deuda y la dejó con algo más de 44.000 millones (15.000 millones más).
El empresario aragonés salió finalmente el consejo de administración un año después de abandonar la presidencia y dejó como sello, entre otros, un periodo de fuertes adquisiciones y una elevada remuneración al accionista.
José María Álvarez-Pallete le sustituyó en junio de 2016 e intentó desapalancarse al máximo para devolver la confianza a los mercados, que estaban castigando la cotización de la compañía. La reducción de la deuda, un objetivo que se ha estado cumpliendo durante siete trimestres consecutivos, ha llegado de dos formas: la primera y más utilizada, a través de la propia generación de caja; la segunda, menos frecuente, la venta de activos estratégicos.
Si bien es cierto que Pallete siempre se escuda en que estas decisiones no se toman en función del apalancamiento de la compañía, sino en el retorno de capital que suponen dichos activos, también es verdad que las operaciones han sumado en su plan.
En concreto, las ventas de las filiales de Centroamérica y otras filiales a América Móvil (también negocios como Antares o parte de Telxius), han supuesto una reducción de la deuda en 11.800 millones desde junio de 2016, pasando de 52.200 millones a 40.400 millones, contando siempre los hechos posteriores al cierre del pasado año.
Telefónica: menos ‘voz’, más crecimiento y nuevos socios
La mutación de Telefónica, según su propio presidente, está en la mitad del proceso. La razón es que los ingresos por servicios de voz, los tradicionales de una compañía de telefonía, ya suponen menos de la mitad del negocio, frente a otros, como la televisión, la fibra, los datos y la inteligencia artificial.
Y eso, según justifica Pallete, les ayuda a crecer y ser más fuertes. Pese a que los vaivenes de los mercados de Latinoamérica, con la volatilidad de sus divisas, hayan desdibujado la facturación de Telefónica, ello no significa que su negocio no siga creciendo: España y Alemania crecieron, al igual que Brasil, si se descuentan los efectos del tipo de cambio.
El último giro de la compañía está en su relación con las tecnológicas también. Si Alierta en 2015 aseguraba que algunas plataformas como Google «no pagan impuestos y utilizan nuestras redes sin pagarnos”, Pallete ha pactado con Netflix para su oferta televisiva y ha explorado acuerdos con Amazon en sectores estratégicos como la gestión de datos.