Pallete evita referencias a la crisis económica en la Junta de Telefónica
El presidente de Telefónica no ha querido adentrarse en temas espinosos durante la Junta de Accionistas
El presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, ha tenido una Junta General de Accionistas muy tranquila. Demasiado tranquila para un contexto económico muy adverso; y muy suave para una empresa que está en plena reestructuración corporativa a nivel laboral. En este sentido, el máximo responsable del operador azul ha evitado este viernes hablar sobre la inflación o el marco económico actual, que de una u otra manera terminará incidiendo en la compañía.
Pallete ha centrado su discurso en la parte más tecnológica de la compañía. Sus palabras han vuelto a poner de relieve el cambio que el presidente de Telefónica quiere infundir en la compañía en este nuevo contexto donde las redes han perdido cierto valor. O, mejor dicho, los operadores están reinventado cómo ganar dinero con sus infraestructuras. Y por eso, nada mejor que medirse a gigantes tecnológico como Twitter y Netflix, y comprar usuarios.
Desde hace años Pallete ha volcado su discurso en el humanismo tecnológico. Una especie de cruzada contra los algoritmos. Mensajes hacia los que busca como competencia. Sin embargo, sobre lo pragmático, el presidente de Telefónica ha salido sin entrar en el barro de las cuestiones. Por ejemplo con la situación que vive España, todavía uno de sus grandes mercados, donde las economías familiares están muy tocadas.
Algo que afecta de lleno a Telefónica que, próximamente, revisará sus tarifas de Fusión, con un cambio de concepto incluido, y donde seguramente llegue un “más por más”: más servicios, más precio. Quizá por este motivo Pallete no haya querido hacer mención expresa a los problemas económicos inflacionistas que vive España, porque en unas pocas semanas los millones de usuarios de la teleco en España verán cómo se ajustan los precios de sus tarifas.
Paz laboral en Telefónica
El otro punto de la Junta de Accionista que ha parecido un bálsamo tiene que ver con la paz social de la empresa. Y es que al contrario de lo que sucedía hace años en las juntas de accionistas, en la edición de 2022 apenas ha habido interpelaciones el presidente o el consejero delegado. Algo extraño en una compañía con miles de trabajadores repartidos en diversos países.
Esta situación anómala se debe a los últimos coletazos de la pandemia y los eventos no presenciales. Pese a ser un híbrido entre lo online y lo físico, Telefónica -como el resto de grandes compañías- les hacía ver a sus accionistas que era mejor no asistir a la junta y que, en todo caso, el aforo era limitado. Esto ha provocado que se activen una serie de resortes telemático que, entre otras cuestiones, finalmente desincentivan a los representantes de los trabajadores a ir a la junta y, posteriormente, tomar el turno de palabra.
No se ha quitado esta opción, pero como aseguran fuentes sindicales a ECONOMÍA DIGITAL, Telefónica intenta que haya las menores molestias por parte de los trabajadores durante el transcurso de la junta.
De esta manera, el resultado final se salda con tres preguntas. Una sobre cómo van los avances tecnológicos de la compañía; otra sobre la situación en la que queda Telefónica tras el anuncio de fusión entre Orange y MásMóvil; y finalmente una intervención de la asociación de los accionistas “mayores” de la compañía. Un camino de rosas para el presidente que, este año, ni siquiera ha aludido al buen marchado de la empresa en Bolsa. Algo que llevaba mucho tiempo sin ser un motivo para sacar pecho.
En todo caso, Telefónica y su presidente tienen algunas cuestiones abiertas. Sobre todo con el devenir de Latinoamérica y las ventas que quedan por ejecutar de un plan anunciado hace años; y también debe afrontar la pérdida continua de clientes en España, al menos en los negocio de telefonía e internet.