Orange eleva la presión sobre Bruselas para conseguir el ‘ok’ a la fusión con MásMóvil
"En España existe competencia", esa será la frase más repetida por el operador naranja durante el próximo año
La fusión entre Orange y MásMóvil se analizará «en profundidad». Nadie dudaba sobre el tipo de análisis que iba a llevar a cabo la Comisión Europea en la unión de naranjas y amarillos. Pero estas recientes palabras de la comisaria europea de Competencia, Margrethe Vestager, les ha recordado que no hay que bajar la guardia en los mensajes que se lanzan a la opinión pública.
El pasado verano, en el congreso patronal que organiza DigitalES, tanto Orange como MásMóvil centraron esfuerzos en trasladar la idea de que España tiene una competencia plena en el sector telecos, pese a su fusión. Desde entonces, en cada comparecencia pública ambas empresas, por separado, se han encargado de recordar esta situación. Algo que asumen como fundamental en los próximos meses.
Espoleado, quizá, por las palabras de la comisaria Vestager, el CEO de Orange España, Jean-François Fallacher ha vuelto este lunes a mandar el recado de «en España hay suficiente competencia», para que el mensaje llegue a Bruselas.
Ha sido en el marco del foro ‘Contribución justa: un paso más en el futuro de las telecos’, organizado por el sindicato UGT, y donde han participado los tres grandes operadores en red. Fallacher ha asegurado que «según datos de las consultoras Analysys Mason, en España hay ocho operadores convergentes nacionales que facturan anualmente más de 100 M€, frente a los cuatro que hay en Francia o los cinco de Reino Unido, Alemania o Italia».
El objetivo de estos mensajes es hacer ver que la concentración de mercado que se produciría con una fusión entre Orange y MásMóvil no afectaría a los usuarios, puesto que hay un volumen de empresas con suficiente capacidad para seguir creciendo. No obstante, habría que plantearse hasta qué punto compañías que tienen ese nivel de ingresos -no beneficios- estarían capacitados para competir contra Telefónica o la empresa resultante de la unión.
Muchas empresas, ¿capaces de competir?
Durante parte de su discurso, el CEO de Orange España ha seguido sumando motivos por los que la fusión no sería un problema. Asegura que «en España hay 150 actores en el mercado con capacidad de comercializar fibra o cable de alta velocidad en fijo y ofrecer además conexión 4G. Y hay 40 marcas que se han anunciado en televisión en los últimos nueve meses».
Asimismo, y para reforzar la idea de que lo importante no son los precios, si no las infraestructuras que se puedan desarrollar, así como los planes de inversión, Fallacher a recalcad que «los que invertimos en red son bien conocidos por todos los que estamos aquí. Somos los que estamos… Hay que tener en cuenta que estamos hablando de una industria, la de las telecomunicaciones, muy intensiva en el uso de capital, más incluso que la industria siderúrgica».
Cómo avanza la fusión
La toma de decisiones desde Bruselas vendrá por partes. En primer lugar, deberán abordar el encaje de Orange y MásMóvil. Acto seguido tendrán que revisar, en ese momento ya sí, cómo queda el mercado español. Y la foto muestra los datos antes expuestos: una concentración histórica.
Ante este panorama, ¿qué soluciones se puede adoptar en Bruselas para que todo tenga un encaje normativo? Y, lo más importante, ¿cómo van a maniobrar en la Comisión para que en último lugar no se produzca una subida de precios debido a la mejor competencia que habrá en España a partir de 2023?
Uno de los ejemplos más cercanos tiene que ver con la fusión de Orange y Jazztel, donde la compañía resultante tuvo que ceder una red independiente de fibra al hogar (FTTH) que abarcaba entre 700.000 y 800.000 unidades inmobiliarias y que era similar al tamaño de la red en ese momento de FTTH de Orange en España. Asimismo, también tuvo que dar acceso preferente a la red de cobre durante un periodo de ocho años.
Ahora, por la tipología de fusión, la cuestión puede centrarse no solo en activos, sino en la propia capacidad y gestión comercial (usuarios) y sus marcas. Esta sería una decisión muy extraña y que no se ha tomado hasta ahora en Europa, pero no quedaría más remedio ante la concentración que se provocaría.