Orange y MásMóvil temen la regulación de Bruselas y que surjan rivales más fuertes
El momento de la verdad se acerca para 'naranjas' y 'amarillos', y ambos siguen presionando en Bruselas
Las veces que sean necesarias. El todavía consejero delegado de Orange España, Jean-Francois Fallacher, ha repetido en varias ocasiones que la fusión entre su compañía y MásMóvil no necesitará la aplicación de ‘remedies’ para su validación. Tanta insistencia supone dos cosas: es probable que los haya, y por eso hay que hacer lobby; y que eso supone que los rivales sean más fuertes.
Orange España y MásMóvil ya han remitido a Bruselas las notificaciones oficiales correspondientes, ahora toca esperar. El punto caliente de ese análisis regulatorio estará en la necesidad o no de ‘remedies’. Esta figura empresarial se usa cuando existen concentraciones de mercado que puedan distorsionar la competencia. De este modo, los órganos reguladores obligan a la empresa resultante a tener que desprenderse de activos a un coste muy interesante para el resto de ‘players’.
Y esto es algo que no quieren en el operador naranja. Por eso, durante la presentación de resultados de la compañía, correspondiente al ejercicio 2022, ha sido uno de los temas más repetidos. Sobre todo, el mantra de que no son necesarios. Fallacher ha reiterado que España tiene el suficiente nivel de competencia como para que no se apliquen estos ‘remedies’. Para ello, recuerda una y otra vez que ya hay operadores con una importante facturación y que compiten en toda España.
Pese a todo, en Orange España, al igual que MásMóvil, también asumen que es previsible que no todo sea tan sencillo. Y es que, pese a las palabras de ambas compañías, la realidad es que la concentración de mercado entre Telefónica y la ‘joint-venture’ resultante es significativa. Más, cuando Vodafone España ha perdido fuerza en los últimos años.
Un problema de rivalidad
Que desde el operador naranja se insista tanto en que no existe la necesidad de que haya ‘remedies’ tiene una doble lectura. Por un lado, efectivamente, en España ahora mismo hay una presión comercial muy grande, y eso hace que las compañías de mayor tamaño deban bajar al barro y pelear por la captación de clientes.
Y, justo por eso, saben que si compañías como Digi, Avatel o Finetwork son capaces de conseguir activos de red a un precio barato, éstos podrían ser todavía mucho más agresivos en precio al disponer de infraestructura propia. Eso es el peor escenario, porque supone retomar la ‘guerra comercial’ contra empresas que solo buscan crecen de cualquier manera.
Unos resultados que avalan
De esta situación, precisamente, los resultados de Orange España son los que confirman la doble tesitura. Que, por un lado, la competencia en nuestro país es amplia; y que los rivales aprietan tanto que crecer en ingresos es muy complicado.
En concreto, el operador naranja ha facturado 4.647 millones de euros en 2022, un 1,5% menos que en el ejercicio anterior, si bien la compañía se ha anotado en los últimos tres meses del año su segundo trimestre consecutivo de crecimiento en ingresos.
La compañía registró un crecimiento del 1,9% entre octubre y diciembre, hasta los 1.204 millones de euros, impulsada por las ventas de equipo, que se han disparado un 15,5%. Por otro lado, Orange sufrió una caída del beneficio bruto de explotación ajustado (Ebitda ajustado) del 4% en el año 2022, hasta un total de 1.111 millones de euros. En esta magnitud, se repite la tendencia de mejora a medida que avanza el año, ya que pasó de caer un 6,7% en la primera mitad del año a un 1,5% en la segunda, gracias al despliegue de su plan de ahorro de costes y la reformulación del mercado B2B.