La salida de Gallar entierra el rastro Villar-Mir de las altas esferas de OHLA
Gallar ha sido CEO de la constructora desde 2018 y ha vivido la transición de OHL a OHLA, entre otros cambios
La dimisión de José Antonio Fernández Gallar ha sepultado la huella Villar-Mir de OHLA. El que, hasta el pasado viernes fuese CEO de la constructora, decidió dar un paso atrás en la empresa aun teniendo la confianza de los hermanos Amodio, actuales propietarios de la firma. Aunque Gallar no pertenece a la familia Villar-Mir, se trata de uno de los directivos históricos de la antigua OHL y el que, hasta el pasado 30 de julio, mantenía el rastro de los antiguos propietarios en la firma dedicada a la construcción de infraestructuras.
El directivo ha pasado por distintas áreas en la empresa, ocupando puestos de responsabilidad como la presidencia de la Inmobiliaria Espacio, propietaria de Villar-Mir. Cabe destacar que Gallar ha ocupado la función de consejero delegado de OHLA durante los últimos cinco años, incluyendo el momento en el que los Amodio se hicieron con la propiedad de la antigua OHL, así como el ‘sorpasso’ a la presidencia de Luis Amodio.
La salida de Gallar obliga a OHLA a renovar su cúpula directiva
Atendiendo a la configuración del Consejo de Administración, tan solo Juan Villar-Mir de Fuentes, hijo de Juan Miguel Villar-Mir, ostentaba un cargo de relevancia en la empresa, siendo el vicepresidente segundo, tal y como figura en la web de OHLA. Pese a ello, en la junta del pasado viernes, la administración decidió traspasar ese puesto a Francisco García, hombre de confianza de los hermanos Amodio.
Por el momento, la empresa trabaja en la búsqueda de una persona que supla a Gallar como consejero delegado de la constructora. Tomás Ruíz será quien ocupe el puesto de director general hasta que OHLA contrate a un nuevo CEO. Como apuntó ECONOMÍA DIGITAL, Luis Amodio y su hermano, Mauricio Amodio, ocuparán las funciones de presidente y vicepresidente de la empresa, respectivamente, y ambos tendrán funciones ejecutivas.
Con todos estos cambios, el rastro de la histórica familia que creó la constructora hace 36 años desparece. Gallar, sin ser miembro de los Villar-Mir, era uno de los grandes exponentes de la antigua OHL, y una de las pocas personalidades que, de forma directa o indirecta, mantenía la esencia de Villar-Mir en las altas esferas de la constructora. Ahora, con su salida, y con la relegación del hijo del fundador de la empresa, OHLA culmina su reciclaje, al menos en la cúpula directiva.
Los Amodio irrumpieron en OHL hace tres años
El inicio del cambio, al igual que el de la salida de los Villar-Mir de su propia empresa, fue a principios de junio de 2020, cuando los hermanos Amodio irrumpieron en el consejo de OHL, convirtiéndose en consejeros de la constructora y, en ese momento, contando con la misma representación que la familia. Todo esto se dio quince días después de que los mexicanos comprasen el 16% de la participación que tenía la familia.
El objetivo de los Amodio era «devolver a la constructora a la senda de la viabilidad, reactivar su capacidad financiera y su prestigio empresarial»
A mitad de junio de 2020, Luis Amodio tomó la presidencia de la constructora después de que, en la junta de accionistas, estos aceptasen la renuncia de Juan Villar-Mir de Fuentes como máximo mandatario. Tras ello, los inversores mexicanos han ido reajustando a la compañía desde el punto de vista comercial y financiero, como también su imagen.
Cabe destacar que OHL era una empresa con un nivel de apalancamiento elevado y varios problemas en algunas de las áreas geográficas en las que, todavía hoy, sigue operando. La llegada de los inversores mexicanos supuso un ajuste de la estrategia, la cual pasa por ser más rentables y que, en el primer año de los Amodio en la cúpula de la empresa, ya dio resultado. La recapitalización de la constructora logró reducir 105 millones de euros de apalancamiento e impulsar 180 millones de euros de fondos propios.
De OHL a OHLA
Otro de los grandes cambios fue la conversión de OHL a OHLA en julio de 2021. Aunque la compañía lo revistió como una estrategia de modernización y de adaptación a los tiempos actuales, también fue un movimiento que mostró la voluntad de los propietarios mexicanos de reducir aún más si cabe el sesgo Villar-Mir y darle un lavado de imagen a la constructora.
Tres años más tarde del aterrizaje de los Amodio, estos han logrado cumplir con lo que se propusieron. Los inversores recalaron en la constructora con la idea de permanecer en ella a largo plazo y poder contribuir a un cambio, tanto de imagen, como a escala financiera, que en 2020 estaba casi ultimado. El objetivo de los mexicanos: «devolver a la constructora a la senda de la viabilidad, reactivando su capacidad financiera y su prestigio empresarial», tal y como explicaron en junio de 2020.
Pese a que, ya en ese momento, OHL había desinvertido gran parte de sus activos y había focalizado sus esfuerzos en los mercados pujantes, seguía siendo una empresa con varios problemas que, poco a poco, se han ido solventando
Con los últimos cambios, el rastro de los fundadores desaparece de una compañía que ha vivido una rápida transformación en los últimos años, en la que Gallar ha tenido un papel clave, siendo uno de los hombres de confianza de los hoy mandamases de OHLA, por delante de Juan Miguel Villar-Mir. Pese a que su reelección como CEO estaba sobre la mesa, el directivo ha decidido poner punto y final a su relación con la constructora.