«Nutriscore debe ser un indicador más que ayude al consumidor a la hora de hacer la compra»
En la primera sesión de Foro Food ED se habló también del polémico Nutriscore, que aunque tiene muchos defectos, puede ayudar a concienciar a la gente ante alimentos ultraprocesados
La llegada de Nutriscore al etiquetado provocó reacciones tanto positivas como adversas por parte de la industria. En la primera edición del Foro Food ED, el gran foro sobre el futuro de la alimentación organizado por Economía Digital, los expertos del sector analizaron su impacto en la decisiones de los consumidores. «Debe servir como un indicador más que ayude a la hora de hacer la compra», fue la gran conclusión que se alcanzó.
José Miguel Mulet, investigador, escritor y catedrático de biotecnología en la Universidad Politécnica de Valencia, señaló la parte positiva y la negativa del medidor. «Poner una calificación fácil de ver y entender para el consumidor es una idea que no es mala, pero ponerla en marcha es mucho más complicado y se está llevando muchas críticas por la puntuación de productos como el aceite de oliva, que se lleva una mala nota», señaló durante el encuentro.
«Es un sistema muy estricto, y la alimentación es un universo tan grande que es muy complicado que exista un solo sistema que de un vistazo te diga lo que es correcto y lo que no lo es», añadió Gemma del Caño, especializada en I+D e Industria y Máster en Innovación, biotecnología, seguridad y calidad.
El Nutriscore, sin embargo, no debe tomarse como el indicador universal. «Es una base más, pero el consumidor no puede dejar de mirar el etiquetado ni la tabla nutricional para estar informado», apuntilló Del Caño. Cuanta mayor transparencia exista, mejor. Más información tendrá el comprador para tomar la decisión de manera correcta.
Acabar con los mensajes confusos
Los expertos citados en la primera edición del Foro Food ED sí explicaron que el sistema debe ayudar a terminar con los mensajes confusos a los que muchas veces está expuesto el consumidor, que recibe muchos mensajes y se encuentra con numerosas etiquetas. «Está bien que pueda asustar un poco al consumidor con ciertos ultraprocesados», celebró Mulet.
«Lo más importante es que el consumidor no se engañe a si mismo», prosiguió Del Caño. Ambos coincidieron en el deseo imposible de muchos compradores de encontrar productos saludables, pero que a su vez sean dulces y saciantes. Nutriscore ayuda a concienciar.
El nuevo etiquetado, eso sí, debe llegar de manera coordinada a toda Europa y debe tener cuidado a la hora de fijar excepciones a sus algoritmos. «De nada sirve fijar un sistema si al final la mayoría de productos –se habló del aceite de oliva y del jamón– quedan fuera de él», coincidieron ambos ponentes.