Nostrum cierra las tiendas propias y negocia con un comprador
La cadena de restauración recibe una oferta de Masía Artesana para hacerse con la marca y los contratos de franquicia
Home Meal Replacement se agarra a una última esperanza. La cadena propietaria de los restaurantes Nostrum cayó en concurso de acreedores el pasado febrero al mismo tiempo que era suspendida de cotización en el Mercado Alternativo Bursátil (MAB) y despedía a su fundador. Tras la sacudida, el negocio no logró levantar cabeza y a la vuelta del verano la compañía optó por cerrar todos los locales propios. Ahora, un comprador espera el visto bueno judicial para hacerse con los restos de la empresa catalana.
Fuentes del mercado explican a Economía Digital que la compañía, gestionada por la administración concursal, decidió cerrar todos los restaurantes que ella misma gestionaba por las dificultades en el abastecimiento y el foco de pérdidas constante. La decisión se tomó a la vuelta de agosto y se ejecutó de forma progresiva durante los últimos meses.
Home Meal mantuvo, eso sí, la actividad de los alrededor de 80 establecimientos gestionados por franquiciados. Para llenar sus estanterías de comida, la empresa fundada por Quirze Salomó firmó un contrato con la firma leridana Masía Artesana tras cerrar sus cocinas centrales en Sant Vicenç de Castellet (Barcelona) y presentar un expediente de regulación de empleo (ERE) para todos los empleados de la instalación.
Precisamente la propia Masía Artesana emerge ahora como salvadora para los restos de una empresa ya prácticamente sin estructura. La sociedad presentó una oferta para quedarse con los contratos de franquicia y la marca para explotar así la nueva Nostrum. Al ser ya el elaborador de la comida, la compañía tomaría las fases restantes que ya le quedan.
El juez debe decidir si acepta la oferta de Masía Artesana o manda la empresa a liquidación
La propuesta está ahora sobre la mesa del juez, que puede decidir aceptarla o no al estar el concurso todavía en fase común y no en liquidación. Por el momento, las fuentes consultadas explican que no se ha comunicado ninguna decisión a las partes.
Como informó este medio en junio, la cotizada española buscaba «un socio industrial» que se involucrase en el negocio frente a fondos de inversión con vocación puramente financiera. Si bien tuvo algún acercamiento de estos gestores, que se interesaron en concederle un préstamo, fuentes cercanas a la empresa explicaban que no era la opción más celebrada por los mandos.
Queda por ver como afecta un posible cambio de propiedad a la expansión europea de la empresa, que actualmente consta de 13 restaurantes en Francia a través de una franquicia. Por el momento se mantiene el abastecimiento de comida a los locales, pero es probable que Masía Artesana opte por cerrar el grifo por los elevados costes logísticos que conlleva la distribución al país vecino.
La banca encuentra al fin la solución para Nostrum
Home Meal se topa con una solución después de que los proveedores provocaran el concurso de acreedores hartos de no cobrar. De hecho, muchos trabajaban directamente con los proveedores. La caída se produjo incluso después de que la compañía lograra alcanzar un acuerdo con la mayoría de la banca para refinanciar su pasivo en ocho años con 18 meses de carencia.
Consultada por Economía Digital, fuentes del pool formado por BBVA, Targobank, Banc Sabadell, Ibercaja, Banco Santander, Bankia, Banco Popular, Bankinter y Caja Mar explicaban que el balón de oxígeno era un intento de que la firma encontrase comprador. Desde una de las entidades eran tajantes: «El plan de negocio que tienen no es válido, no es nada creíble, no tiene ni pies ni cabeza».
La única salida, a su juicio, era la aparición de algún inversor que adquiriese la empresa. Y un horizonte financiero despejado ayudará. Este medio, eso sí, no ha podido confirmar la cantidad ofrecida por Masía Artesana ni si se quedará con la deuda de 10 millones de euros que arrastra la vieja Home Meal.
Las últimas cuentas presentadas por la empresa ante el MAB se remontan al primer semestre del ejercicio 2018. En la primera mitad del año fiscal, la sociedad perdió 2,3 millones de euros frente a los 1,7 millones perdidos en el primer semestre de 2017. Mientras, la facturación de 2018 alcanzó los 7,04 millones de euros frente a los 7,60 millones de euros.