Nissan se prepara para ampliar la producción en Barcelona
La fábrica barcelonesa empezará en febrero a adaptar las líneas y producir las primeras unidades de la pick-up para Renault y Daimler
Mientras decide el futuro de la fábrica de Ávila, que pende de un hilo, Nissan empieza a aclarar el de su principal fábrica española. No es que la situación de la planta de Barcelona sea boyante –terminó 2016 con 105.000 coches fabricados, la mitad de su capacidad–, pero va despejando las dudas sobre el incremento de producción de la pick-up, su modelo estrella en la Zona Franca.
La planta catalana fabrica desde hace más de un año el Nissan Navara, del que produjo en 2016 casi 47.000 unidades. Inicialmente, estaba previsto que en primavera de este año ya se vendiera el modelo para Renault y Daimler, fabricado en exclusiva en Barcelona. Sin embargo, la fecha se fue atrasando e incluso un directivo de Nissan, su vicepresidente de fabricación en Europa, Colin Lawther, llegó a hablar de 2018.
Ahora las previsiones son algo más optimistas. La fábrica de la Zona Franca se está empezando a preparar para ampliar producción, según explicaron a Economía Digital fuentes conocedoras de la situación. A la larga, supondrá el establecimiento de un tercer turno en la línea de la pick-up, lo que debería conllevar contrataciones, aunque ni la multinacional ni los sindicatos han puesto fecha a este tercer turno.
La fábrica barcelonesa de Nissan empezará en febrero a producir algunas unidades de la pick-up para Renault y Daimler. Se tratará de las primeras unidades de prueba, aclararon varias fuentes: lotes reducidos de coches para hacer comprobaciones y ajustes antes del inicio de la producción en serie. También se ajustará la línea, que será la que ya fabrica el modelo para Nissan.
La fecha de su llegada al mercado sigue siendo una incógnita. Fuentes sindicales hablaron de verano para el Renault y final de año para Daimler, pero la multinacional sigue sin oficializarlo. No obstante, fuentes de Nissan respondieron que se anunciará próximamente y no desmintieron el inicio de las pruebas en febrero.
Las dudas del tercer turno
Los sindicatos esperan que vean la luz los modelos de Renault y Daimler para que, cuando la línea esté a un buen nivel de producción, se establezca el tercer turno de trabajo, pero no son optimistas. Por un lado, por las previsiones de producción; por el otro, por el comportamiento de los demás modelos que se fabrican en la Zona Franca: el Pulsar y la NV200.
La planta barcelonesa de Nissan cerró 2016 con una producción de 105.300 unidades. Pese a ser un modelo nuevo, el Navara fue el más fabricado, con casi 47.000 coches. Del Pulsar se produjeron menos de 34.000, 21.000 de la furgoneta NV200 de combustión y algo más de 4.000 de la NV200 eléctrica.
Para este año, la previsión es crecer un 3%, hasta las 108.500 unidades. A los sindicatos no les salen los números: o se incrementará poco la producción del Navara, y por tanto no habrá tercer turno, o empeorará la carga de trabajo en la línea 1, que produce el Pulsar y las dos versiones de la NV200.
Actualmente, las dos líneas de la fábrica de la Zona Franca trabajan a dos turnos. Está claro que la del Navara crecerá, pero los sindicatos temen que la línea 1 termine quedando en un solo turno, dada la tendencia a la baja de sus dos modelos. Como ya explicó Economía Digital, el fiasco comercial del Pulsar hace pensar a la plantilla de Nissan que se dejará de fabricar en 2018.
Por ello, los sindicatos creen que hay muchas posibilidades de que el tercer turno del pick-up apenas comporte nuevas contrataciones. Si se eliminara un turno de la primera línea, podría ampliarse la del Navara sin prácticamente nuevo personal. Por tanto, el compromiso de crear 1.000 empleos cuando la pick-up se fabricara a tres turnos quedaría en poco más que una promesa.
Ávila, pendiente
Por ahora, la compañía ni confirma ni desmiente cuándo y cómo ampliará la producción del pick-up. Su problema más urgente en España lo tiene a casi 600 kilómetros de Barcelona: en Ávila. Ha dejado la fábrica con sólo uno de los dos camiones que producía y la Junta de Castilla y León le reclama 40 millones de euros en ayudas, por no cumplir los compromisos de inversión.
Desde la compañía aseguraron que sí que han cumplido los compromisos pero admitieron que están buscando soluciones para el futuro de Ávila. La planta es difícil de sostener con un solo modelo, con lo que debe decidir si le asigna un nuevo producto, cambia de estrategia o cierra. Los sindicatos esperan una decisión antes del 31 de marzo, pero Nissan no se pone plazos.