Nissan recorta su cúpula en España
La directora de la fábrica de Barcelona abandona la compañía en pleno proceso de venta de la instalación. La plantilla responde con la paralización de la mesa de reindustrialización
En plena venta de su fábrica barcelonesa, Nissan reduce su estructura directiva en España. La automovilística japonesa comunicó este jueves a la plantilla la marcha de la directora de la planta de Zona Franca (Barcelona), Naiara Villanueva. Podría no ser la única: la empresa comunicó que habría más salidas en la cúpula directiva a lo largo de las próximas semanas.
El adiós de Villanueva se enmarca en el recorte de producción constante de la instalación catalana. Con el cierre previsto para diciembre de 2021, la compañía comunicó en febrero que solamente había podido ensamblar 6.000 vehículos en el recinto desde el estallido de la pandemia por culpa del estado de alarma, la huelga de su plantilla y la retirada progresiva de modelos.
Ahora la instalación funciona a mayor velocidad, pero está previsto que la actividad se reduzca hasta el cierre definitivo. De este modo, Frank Torres, consejero director general de Nissan en España y el hombre designado por la multinacional para pilotar la clausura, queda ahora más solo.
Según explican fuentes internas, la dirección también comunicó que a lo largo de las próximas semanas se producirán nuevas salidas entre la dirección que podrían afectar al departamento de Relaciones Institucionales.
Tras conocer la noticia, el comité de empresa anunció que paralizaba su asistencia a la mesa de seguimiento del expediente de regulación de empleo (ERE) constituida en verano con la empresa. Villanueva era una de las personas clave en la comisión de reindustrialización formada por la empresa, el Ministerio de Industria y la Generalitat de Catalunya. «Nos preocupa especialmente su salida», señalaron fuentes sindicales.
Además, los representantes de la plantilla solicitaron una «reunión urgente» con Frank Torres que, a su juicio, «debe dar una explicación clara sobre la salida y reafirmar el compromiso de Nissan en la reindustrialización de nuestras fábricas».
La reindustrialización de Nissan avanza con retraso
La salida de la dirigente alertó todavía más a unos trabajadores que ya lamentan los retrasos con los que avanza la reindustrialización de la fábrica catalana. Durante este mes de marzo, la consultora KPMG cribará las muestras de interés recibidas por los terrenos para seleccionar a los proyectos finalistas. Como explicó Economía Digital esta semana, hasta una docena de compañías se interesaron por la instalación ubicada en la Zona Franca barcelonesa.
Como ya explicó la mesa de reindustrialización en varias ocasiones, los interesados se dividen entre fabricantes de vehículos eléctricos, productores de baterías y diversas firmas que formarían un hub de electromovilidad. También hay opciones menos probables, como la de instalar un parque de placas fotovoltaicas, tal y como pretende uno de los candidatos que, con toda probabilidad, será descartado.
Los nombres con los que se vincula la instalación se reparten por el globo. Al inicio del procedimiento salieron a la palestra los nombres de los fabricantes de baterías Schneider (Francia) y LG Chem (Corea del Sur) y en las últimas semanas hizo público su interés la compañía de furgonetas eléctricas Inzile (Suecia). También organizaciones chinas y estadounidenses, de las que no ha trascendido el nombre, se acercaron a la instalación, añaden las mismas voces.
«El proceso de venta debió haberse iniciado en agosto, cuando se firmó el acuerdo con la plantilla»
Aunque KPMG se dio de plazo hasta el 31 de marzo, las distintas fuentes consultadas esperan que ya aporte novedades en la reunión convocada el 18 de marzo. Desde que fue contratada, la firma se reunió tanto con la empresa como con la administración y los sindicatos, y todas las partes le transmitieron que debía primar la opción que garantizara un mayor número de puestos de trabajo.
Además, el calendario aprieta. Nissan abandonará Barcelona en diciembre de 2021 y la única opción de reiniciar la actividad en enero de 2022 sería hacerlo de la mano de una empresa que no tuviera que desmontar la instalación, señala una de las fuentes consultadas.
“Lo más complicado de este tipo de procedimientos siempre es cuadrar el calendario del comprador con el del vendedor, y más en un proceso como este, que ya nació con retraso. Debió haber comenzado en agosto, cuando se firmó el acuerdo con la plantilla”, señalan fuentes cercanas a la mesa.