Nissan planta a Castilla y León tras ingresar 40 millones en subvenciones
La Junta de Castilla y León reclama las ayudas públicas mientras Nissan asegura que ha cumplido con sus compromisos y estudia el futuro de la planta
Nissan está en el ojo del huracán en Ávila por su decisión de dejar de fabricar uno de los dos camiones que producía la planta. El hecho pone en cuestión el futuro de la fábrica y ha encendido los ánimos de la plantilla, así como de la sociedad y las autoridades de la región. La Junta de Castilla y León ha amenazado a Nissan con reclamarle 40 millones de euros de ayudas públicas, pero el grupo asegura que ha cumplido sus compromisos.
La multinacional anunció en diciembre que dejaría de producir el camión NT500, que estaba asignado a Ávila hasta 2023 y del que debía fabricar 100.000 unidades en diez años. Nada más lejos de la realidad. Sólo se habían producido 7.000 cuando decidió dejar de hacerlo, a partir del pasado 1 de enero.
El motivo del cese en la producción es un endurecimiento en la normativa medioambiental para los motores diésel, que obligaría a cambiar los motores del camión. Para ello, Nissan necesitaría una inversión que los sindicatos cifraron en tres millones de euros, cantidad que valoraron como insignificante para una multinacional como el grupo Renault-Nissan. Aun así, el grupo prefirió no hacerla.
Los mismos sindicatos aseguraron que la asignación del camión a Ávila había supuesto una inversión de 100 millones de euros, así como la captación de «importantes cantidades de dinero público» con el compromiso de mantener la producción hasta 2023.
La Junta, muy beligerante
Desde el principio, la Junta de Castilla y León se posicionó del lado de los trabajadores y se mostró muy beligerante con la decisión de Nissan. Este martes, el presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, cifró en 40 millones las ayudas públicas recibidas por la marca y que debería devolver si no salva los puestos de trabajo en la región.
Herrera acusó a Nissan de «incumplir los compromisos establecidos en un plan social con los trabajadores, que han hecho un gran esfuerzo, así como los acuerdos con las instituciones». El plan por el que la Junta dio ayudas a la multinacional incluía acuerdos sociales, planes de competitividad entre empresa y trabajadores y un plan industrial con garantías de mayor carga de trabajo.
«Es la fórmula que pactamos con Nissan y que la multinacional sabe que está encima de la mesa», concluyó Herrera. Sin embargo, desde la compañía no se dan por aludidos. Sin querer entrar a valorar la cifra que reclama Herrera, fuentes de Nissan aseguraron que el grupo «ha cumplido con sus compromisos».
La multinacional está estudiando si sigue o no en Ávila. En 2015 fabricó 15.500 unidades de los dos camiones, por lo que, con uno solo, su futuro se entrevé negro. Los sindicatos no son optimistas, pero esperan que antes del 31 de marzo, cuando finaliza el año fiscal de Nissan, el grupo haya tomado una decisión.
La compañía admite que está trabajando en un plan para evaluar el futuro de la planta, pero rechaza poner plazos a dicho plan, que concluirá «en los próximos meses». Lo estudiará a fondo: se juegan 40 millones.