Nissan Barcelona pide nuevos modelos con la producción bajo mínimos
Los trabajadores de Nissan en Barcelona esperan que la llegada de 2019 les traiga una nueva adjudicación tras la apuesta de la planta por el coche eléctrico
La planta de Nissan en Barcelona mira con temor su futuro. Con la fecha de caducidad del Pulsar fijada para el verano, la plantilla teme recortes y despidos si no llegan nuevas adjudicaciones. Y lo peor de todo: espera los mismos ajustes en caso de captar algún modelo. Aún así, aspira a que con la llegada de 2019 la marca japonesa les otorgue un nuevo vehículo que salve el volumen de producción de la planta.
Las fuentes consultadas por Economía Digital explican que para finales de 2018 o comienzos de 2019 se espera que la firma asiática adjudique entre tres y cuatro modelos a su red de plantas. “Se especula con el lanzamiento de un SUV eléctrico ”, desgranan. De este modo, aspira a cazar algún coche que levante las 90.000 unidades que se fabricarán en el ejercicio 2017/2018 tras la apuesta por el coche eléctrico realizada.
Para el próximo año las cifras pintan todavía peor: el adiós del Pulsar no será compensado con el aumento de la producción para Mercedes ni la nueva versión eléctrica de la furgoneta NV200. Las 200.000 unidades para las que tiene capacidad la planta de Zona Franca se antojan una utopía.
La plantilla de Nissan teme la oleada de recortes que llega cada vez que la empresa adjudica un nuevo modelo
Las mismas voces ven improbable que se plantee un expediente de regulación de empleo (ERE) agresivo sobre la mesa. La razón: una plantilla envejecida, con casi 300 trabajadores que superan los 56 años y que permitirían asumir un recorte a través de prejubilaciones.
Sin embargo, el personal también teme la nueva oleada de recortes que Nissan aplica cada vez que busca adjudicar un nuevo automóvil. El episodio más reciente fue durante el aterrizaje del Pulsar. Tras medio año de negociaciones en las que incluso tuvo que mediar la Generalitat, se alcanzó un acuerdo para mejorar la competitividad de la planta catalana. Incluía recortes en materia laboral, como rebajas salariales para las nuevas incorporaciones, a cambio de una inversión de 130 millones de euros.
Así, los sindicatos se emplazan al invierno para las conversaciones duras con la dirección de la planta. En la mesa de negociación esperan a José Vicente de los Mozos, máximo responsable de la alianza Renault-Nissan.
La adjudicación coincidirá con otra patata caliente: una nueva normativa europea que puede dejar inservibles las instalaciones de Nissan Barcelona
De este modo, apuntan a una prórroga del convenio colectivo, que finaliza en marzo. “No tienen nada nuevo que ofrecer y en diciembre, si tienen que llegar nuevas inversiones, todo puede quedar en papel mojado”, explican a Economía Digital.
Los tiempos coinciden con otra decisión trascendental para el futuro de la fábrica barcelonesa. Una nueva normativa europea amenaza con dejar inutilizable la nave de pintura de la instalación. Mientras el Gobierno español todavía debate el alcance de la regulación, la empresa asume que en caso de aplicarse de forma restrictiva será necesaria una inversión de 100 millones de euros para echar al suelo el espacio y edificar uno nuevo. En caso de toparse con una ley blanca, unas reformas valdrían para salvar la papeleta.
El futuro inmediato de Nissan Barcelona, en manos de Mercedes
Hasta entonces, la plantilla fía su futuro al incremento de la producción para la pick-up de Mercedes. Fuentes internas señalan que la creación de un tercer turno para este vehículo compensaría las pérdidas. Si bien los responsables de la empresa alemana están satisfechos con la calidad del producto, el aumento de la producción dependerá de las ventas hasta el mes de marzo.
Los números salen: de 47.000 unidades producidas en 2016 a las más de 60.000 entre las tres marcas que verán la luz en 2017. Y eso que la producción para terceros comenzó a mitades de año. No obstante, la duda radica en si las cifras serán suficiente para la creación de un tercer turno.