Navidul llena de trucos sus ‘jamones de Extremadura’
Jamones loncheados de Navidul utilizan la leyenda "elaborado en Extremadura" en sus etiquetas, pese a no estar adscritos a la DOP y envasarse en Toledo
Las tretas del jamón no parecen acabar. Esta semana este medio informó de que los jamones Navidul Cuatro Estaciones se fabrican con materia prima polaca, húngara y alemana sin indicación a los consumidores. Pero no es la única artimaña de la empresa propiedad del grupo Campofrío, que también se aprovecha de una serie de ambigüedades para comercializar jamones presuntamente fabricados en Extremadura, un vocablo que a su vez está protegido por una Denominación de Origen Protegida (DOP) a la que Navidul no está adscrita.
Diversos jamones Navidul en formato loncheado (tanto de jamón ibérico de cebo como igualmente de jamón de cerdo blanco) se venden con etiquetas que dicen «elaborado en Extremadura«, pero cuyas marcas sanitarias contienen un número de registro perteneciente a un establecimiento de Campofrío Food Group ubicado en el municipio de Torrijos, en la provincia de Toledo (Castilla-La Mancha), según el registro de establecimientos inscritos en la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan), dependiente del Ministerio de Sanidad.
Como consta en la siguiente imagen, Navidul se da la libertad de imprimir la leyenda «elaborado en Extremadura» no una, sino dos veces, en el etiquetado de estos productos. Lo dice tanto en el extremo inferior de la bandeja, con un diseño de letras blancas sobre fondo negro en el que la palabra «Extremadura» tiene mayor protagonismo, y además lo indica en una suerte de sello en color grisáceo que también dice «elaborado en Extremadura» alrededor de un mapa de España con un círculo que apunta a la ubicación geográfica de la comunidad.
Izquierda: Jamón curado Navidul en formato loncheado, con la leyenda «elaborado en Extremadura» / Derecha: Marcado en color rojo, el óvalo sanitario que indica que el producto fue manipulado en último término en Toledo
Así las cosas, los consumidores –en muchos casos desentendidos de la información contenida en los óvalos o marcas sanitarias que por ley deben recoger los jamones– tienen una serie de elementos escritos y gráficos en el etiquetado del producto destinados a hacerles creer que el jamón curado ha sido elaborado en Extremadura, cuna de algunos de los jamones españoles más renombrados del mundo.
Fuentes del consejo regulador de la DOP Dehesa de Extremadura que han solicitado no ser citadas en este artículo han confirmado, primero, que Navidul no está adscrita a la denominación protegida; y segundo, que si un jamón se comercializa con una marca sanitaria que indica que el último establecimiento que manipuló el producto se encuentra fuera del perímetro extremeño, no se puede aludir al nombre de la comunidad para promocionar el producto. Navidul alude a «Extremadura» dos veces en los etiquetados en cuestión.
Desde Navidul, no obstante, transmiten que la leyenda «elaborado en Extremadura» de su jamón curado e ibérico de cebo loncheado se sostiene porque el proceso de curación del producto se ha llevado a cabo en la localidad extremeña de Trujillo (Cáceres) y que solo el proceso de loncheado y envasado se realiza en una fábrica de Toledo; de ahí que ese sea el establecimiento que figure en la marca sanitaria. Tampoco en ningún caso es esgrimido para revelar el domicilio social de la compañía Navidul, puesto que tiene declarada su sede en el municipio madrileño de Alcobendas.
De esta forma, los consumidores no tienen forma de probar que, en efecto, la curación se llevó a cabo en Extremadura, y la poca información brindada en el etiquetado no ahonda en su supuesta elaboración en Extremadura más allá de los propios enunciados comerciales del etiquetado. Las distintas categorías comerciales y raciales de estos jamones loncheados de Navidul se comercializan en cadenas de supermercados como Alcampo, Carrefour, Eroski, DIA y Bonpreu.
Navidul juega a la ambigüedad
Los fabricantes de jamón están obligados a, en el caso de las piezas enteras, desplegar en el producto tanto el óvalo sanitario del establecimiento en el que se sacrifican los cerdos con los que se producen los jamones, como la marca sanitaria del último establecimiento que los ha manipulado. En el caso de los loncheados, el etiquetado solo muestra el segundo requisito. Pero el sistema es ambiguo y arroja dudas sobre la trazabilidad de los procesos transcurridos entre el sacrificio de la materia prima y la instalación que manipula las piezas en último lugar.
Fuentes del sector cuestionan la defensa que esgrime Navidul afirmando que «una cosa son los procesos de elaboración que incluyen la salazón, el curado y la maduración o afinación de las piezas, entre otros, y otra (como en el caso que nos ocupa) la transformación final de esas piezas ya curadas en loncheados u otros formatos, como deshuesados». También señalan que de mayor gravedad es que la empresa del grupo Campofrío se aprovecha del prestigioso y protegido vocablo «Extremadura» ante la permisividad del consejo regulador de la DOP, que no protege los intereses de los productores de ibéricos de la zona adscritos a la misma, en lo que consideran un claro ejemplo de competencia desleal y desatención del cumplimiento de los requisitos impuestos y delegados por la legislación europea en la materia.
La normativa europea protege la locución «Extremadura» por formar parte de una denominación de origen protegido
En distintas llamadas telefónicas de este periódico a miembros del consejo regulador de la DOP, que se caracterizaron todas por el carácter elusivo de los interlocutores y su afán de responder en condición de anonimato, se ha podido interpretar una ambigüedad sobre el asunto y una suerte de desconocimiento de la normativa. El reglamento europeo y nacional protege los jamones ibéricos de Extremadura adscritos a este sello de calidad diferenciada, del que Navidul hace uso de manera indebida en varios de sus productos, incluidos los loncheados a los que alude este artículo.
Como sucede con otras denominaciones de origen, el vocablo «Extremadura» forma parte del término protegido «Dehesa de Extremadura». La normativa comunitaria indica que «los nombres registrados estarán protegidos contra: cualquier uso comercial directo o indirecto de un nombre registrado en productos no amparados por el registro, cuando dichos productos sean comparables a los productos registrados con ese nombre o cuando el uso del nombre se aproveche de la reputación del nombre protegido, incluso cuando esos productos se utilicen como ingredientes» [según el Reglamento (UE) Nº 1151/2012, artículo 13, dispositivo 1.a].
Asimismo, el apartado 1.b del mismo artículo añade que estos nombres registrados también están protegidos contra «cualquier uso indebido, imitación o evocación, incluso si se indica el verdadero origen de los productos o servicios o si el nombre protegido se traduce o se acompaña de expresiones tales como «estilo», «tipo», «método», «producido como en», «imitación» o expresiones similares, incluso cuando esos productos se utilicen como ingredientes».
Izquierda: Jamón de cebo ibérico Navidul con la leyenda «elaborado en Extremadura», a la venta en la web de DIA / Derecha: Marcado en rojo, el óvalo sanitario del establecimiento de Toledo en el que fue manipulado el jamón
Todo ello sin mencionar que el logotipo de Navidul (en uso desde 2014, según Marketing Directo) contiene la imagen de una encina, símbolo que los consumidores asocian a productos de animales engordados en la dehesa extremeña. El Real Decreto 4/2014, de 10 de enero, recoge en su preámbulo que la legislación en vigor se ha actualizado porque «se ha constatado que existe una utilización de marcas comerciales, logotipos, imágenes, símbolos y menciones facultativas que evocan o hacen alusión a aspectos relacionados con productos cuya denominación de venta no se corresponde con el producto etiquetado con esa reseña».
«Este aspecto provoca una gran confusión en el consumidor que cree estar adquiriendo un producto relacionado con la dehesa y, en realidad, está adquiriendo un producto de un animal que nunca ha estado en dicho ecosistema y que únicamente ha sido alimentado a base de pienso», añade el referido real decreto, que parece haber sido escrito con el logotipo y muchos de los productos de Navidul en mente. Y es que según el artículo 4 del mismo real decreto, «en el etiquetado y publicidad de los productos, quedan reservados exclusivamente a la designación «de bellota» los nombres, logotipos, imágenes, símbolos o menciones facultativas que evoquen o hagan alusión a algún aspecto mencionado o referido con la bellota o la dehesa».
Fuentes del sector lamentan «la continua indolencia y negligencia» mostrada por el consejo regulador de la DOP extremeña al respecto de esto, y la permisividad de las autoridades encargadas de velar por ello, como la consejería de Agricultura de la Junta de Extremadura, además de la indiferencia y pasividad de los organismos independientes de control directo, en este caso la Entidad Nacional de Acreditaciones (ENAC) y la entidad de certificación externa AENOR, que actúa como entidad colaboradora de la administración.
Respuesta de Navidul
Consultada por este medio por sus jamones presuntamente fabricados en Extremadura, Navidul ha afirmado que la leyenda que figura en estos productos «es rotundamente cierta». «Todo ese producto está íntegramente elaborado en la fábrica de Trujillo (Cáceres, Extremadura) y, una vez finalizado su proceso de elaboración, y cuando el producto está terminado y en perfectas condiciones es enviado a la fábrica de Toledo donde se procede únicamente a su loncheado y envasado, de ahí que el óvalo sanitario sea de Toledo. Por supuesto, todo el etiquetado cumple estrictamente con la legislación vigente».
La compañía propiedad de Campofrío –el segundo grupo alimentario más grande de España por facturación– ha insistido, al igual que ha dicho a la hora de defender sus jamones producidos con materia prima polaca, húngara y alemana, que «cumplimos estrictamente con toda la normativa vigente y nos sometemos a un mínimo de veinte rigurosas auditorías al año, tanto internas como externas, realizadas por certificadoras independientes de reconocido prestigio (AENOR) y que revisan también escrupulosamente el cumplimiento de las normativas vigentes de etiquetado».
Este periódico advirtió esta semana de que están a la venta actualmente varias piezas enteras de jamones Navidul Cuatro Estrellas con óvalos sanitarios que fueron elaborados con materia prima proveniente de Polonia, Hungría y Alemania, una característica cualitativa que los consumidores solo pueden conocer interpretando las siglas de las marcas sanitarias estampadas en el propio jamón.