Naturgy, Iberdrola y Endesa: la verdad sobre los recortes eléctricos

Las tres grandes eléctricas se enfrentan a las medidas que dispondrá Teresa Ribera, y a cada una le afectará de una manera distinta

Ignacio Sánchez Galán, presidente de Ibedrola, recoge un premio empresarial en Galicia en julio de 2021. EFE

Ignacio Sánchez Galán, presidente de Ibedrola. EFE

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Los próximos 24-25 de marzo la Comisión Europea ofrecerá las medidas oficiales que podrán tomar los diferentes Estados miembros para controlar los altos precios de la luz. En este sentido, el Gobierno español ya trabaja con todos los escenarios posibles, y también con los no posibles; es decir, con las decisiones que deba adoptar de manera unilateral si no hay acuerdos concretos con los países vecinos. Todas las miradas apuntan hacia cuestiones que afectan al gas. Y en este contexto, ¿cómo pueden afectar estas medidas a las tres grandes eléctricas Naturgy, Endesa e Iberdrola?

Por su tipología de negocio, cada compañía se verá afectada de una u otra manera, dependiendo de las medidas que se tomen. También es muy importante tener en cuenta cómo es su exposición al gas, desde la cuestión más básica: cuánta capacidad tienen instalada, y cantidad de energía que producen.

En este negocio, y por su tradicional desarrollo, Naturgy lidera en todos los aspectos. La compañía que preside Francisco Reynés tiene una potencia de 7.427 MW en sus plantas de ciclo combinado. Le sigue Iberdrola, que tiene una capacidad de 5.695 MW. En tercer lugar se sitúa Endesa con 3.823 MW de potencia instalada.

En cuanto a la energía generada en 2021 gracias a los ciclos combinados de gas, Naturgy produjo más de 12.600 GWh, mientras que Endesa se quedó en 7.500 GWh; y, con una generación similar, Iberdrola metió en el mercado eléctrico 7.023 GWh. Unos números que reflejan el liderazgo en este sector de la principal gasista española. Asimismo, esto también condiciona la postura política con respecto a las medidas del Gobierno, sobre todo las que han trascendido de forma pública.

Medida 1: poner precios máximos al recibo

Se trata de la medida más ambigua, la que menos gusta en Bruselas y la que tendría mayor impacto en las arcas públicas. Para las empresas, sin embargo, no parece que sea especialmente problemática, puesto que todo el peso de la gestión recae en el erario público.

De hecho, esta medida de fijación de precios en el propio recibo de la luz chocaría con el mercado regulado indexado al mix energético. Además, requiere de unos condicionantes técnicos y legales muy complejos. Por lo tanto, y pese a que la propia ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, la ha indicado como una opción, parece poco probable su aplicación.

Medida 2: topar el gas

Nunca el verbo «topar» había sido tan usado. En este caso sí habría un efecto directo para Naturgy, Endesa e Iberdrola, sobre todo estas dos últimos debido a su exposición a la nuclear. Esta medida lo que pretende es poner un precio máximo para la entrada del gas en la subasta eléctrica y que, de este modo, las tecnologías inframarginales (nuclear e hidráulica) y renovables no cobren por su energía lo mismo que el gas.

Es decir, que si el gas es ofertado a 300 €/MWh, y ese es el precio de casación, que la nuclear cuyo coste de producción ya es rentable a partir de los 60 €/MWh, no cobre esos 300€. Para ello, lleva días sonando una cifra máxima de 180€/MWh. De esta forma, la medida tendría un doble sentido: habría un recorte en los denominado ‘beneficios caídos del cielo’, puesto que las eléctricas dejarían de cobrar esa diferencia tan grande entre el coste de producción real y lo que ganan con la casación del gas; aunque, por otra parte, el problema de esta medida es que si los precios están por encima habría que ofrecer una compensación a las eléctricas que, está por ver, de dónde saldría -se ha sugerido que de los fondos europeos de ayuda-.

Esta medida se tropezó hace seis meses con las eléctricas, que amenazaban con llevar el asunto por la vía legal. La potencial cifra recauda en este sentido sería de unos 2.000-3.000 M€, aunque eso varía depende del tope. Tampoco se sabe muy bien qué se haría con ese dinero, si detraerlo de los recibos, aunque sería complejo, o inyectarlo a la hacienda pública.

Medida 3: sacar el gas del ‘pool’

Una reforma que bordea las pretensiones de Teresa Ribera, y que está por ver hasta dónde llegará Bruselas en esta opción. Se trataría de sacar el gas del sistema marginalista de subasta y que, de esta manera, no condicione los precios de casación con las tecnologías cuyos costes de producción son más baratos. De esta forma se crearían dos sistemas de subasta, uno con el gas; y otro con las demás tecnologías.

En este caso, Naturgy estaría en una posición extraña puesto que se trata de la energética que más gas oferta al mercado. Con esta doble subasta, y sin la posibilidad de casar los precios al laza, habría que ver hasta qué punto Endesa e Iberdrola entrarían en una guerra deflacionaria y ofertarían su gas más barato. Lógicamente siempre que cubra los margen de obtención de esta materia prima.

Medida 4: subvencionar el gas

Se trata de otra medida que en Bruselas no es del todo bien vista, sobre todo al no saber con certeza sobre quién recaerían los costes de dicha subvención. Esta medida pretende ofrecer dinero a las eléctricas para que oferten un precio del gas más barato en el ‘pool’, y que reciban la compensación del precio de la materia prima.

Es decir, si lo ofertan a 100€, pero les ha costado 200€, que el Gobierno o (vía factura) alguien les compense. En este caso, Naturgy sería la más beneficiada en esta medida porque conseguiría sacar todo al mercado con los precios que tenga de coste. Esta medida, además, estaría sujeta a la volatilidad del mercado y, sobre todo, a inducir al mercado a dicha volatilidad sabiendo que existe el respaldo legítimo de cobrar más a los consumidores, o que el Estado inyecto el dinero.     

La medida que piden las eléctricas

Junto a todo esto, las grandes eléctricas también han expresados sus ideas y, en este caso, hablan de poner el punto de mira en el propio mercado del gas, más allá de las reformas urgentes eléctricas que se pueden llevar a cabo. Por este motivo, esgrimen las fuentes consultadas, «limitar el precio del gas en la generación de energía eléctrica -que consume aproximadamente el 10% del gas total-, tendría un impacto directo en el mercado mayorista, que hace unos días ha marcado precios superiores a los 500 €/MWh. Teniendo en cuenta un límite de coste del gas de 80 euros -precios preguerra de Ucrania-, el precio del mercado mayorista de la electricidad podría situarse en torno a los 180 euros, lo que supone un abaratamiento del mercado del pool de más de 300 euros».

Estas medidas tienen un impacto directo en el resto del sector energético, ya que el 37% de la electricidad procede de combustibles fósiles. Este techo en el precio del gas -temporal, a escala europea y vinculado a una situación de crisis específica-, podría suponer un ahorro total en la Unión Europa de los 400.000 millones de euros, según los analistas.

Raúl Masa

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