Naturgy pelea por una regulación más estable para canalizar la fiebre inversora por el biometano
La principal gasista española ha encontrado en el biometano, un primo renovable y sostenible del gas natural, un recurso fundamental para avanzar en la transición energética; pero el camino no está siendo sencillo
Naturgy quiere acelerar su gran cambio energético. Para ello, los grandes aliados son los gases renovables. Y, por encima de todos -en estos momentos-, destaca el biometano. Un componente derivado del biogás que puede sustituir al gas natural como tecnología de consumo y de acceso a la infraestructura. Sin embargo, las administraciones públicas españolas no terminan de dar su apoyo.
Por eso, desde la compañía presidida por Francisco Reynés, intentan trasladar presión a los poderes públicos con el objetivo de que el biometano tenga una mayor aceptación. Y, sobre todo, que tenga un trato igualitario con respecto a las demás tecnologías renovables.
Así, en el marco de la ‘Reunión Anual Sedigás 2023’, celebrada por la patronal del sector gasista recientemente, el consejero delegado de Nedgia (Naturgy), Raúl Suárez, distinguía diferentes prioridades con respecto a las tecnologías. Aseguraba que las ayudas económicas en materia de biogás, que siempre son bien recibidas, en estos momentos no son tan necesarias como en el caso del hidrógeno. Su gran petición, en ese sentido, es ayuda regulatoria en forma de certidumbre.
Explicaba el directivo de la gasista que en estos momentos existe un gran auge inversor y, por lo tanto, se debe generar un marco de confianza para seguir atrayendo empresas. Sobre todo, porque los proyectos no dejan de crecer.
Naturgy, la gran tractora
Ante este contexto, la primera que lucha por sus intereses es la propia Naturgy. En primer lugar, por su negocio como desarrollador y comercializador. En este sentido, la compañía trabaja en el desarrollo de 60 proyectos –17 nuevos este año– que están en distintas fases de tramitación. Dos de ellos ya están operando, uno entrará en funcionamiento este mismo año, y un cuarto que la gasista anunció recientemente su inicio de construcción (Torrefarrera-Lleida).
Por otra parte, Naturgy también tiene un rol de distribuidor. En este caso, es la compañía la que pone la red para que la propia empresa u otros conecten sus plantas y el gas renovable llegue a cliente final. Aquí, según ha podido conocer ECONOMÍA DIGITAL, existen más de 170 solicitudes de conexión en distintas fases de desarrollo.
Un ejemplo de estas ganas por invertir se han visto recientemente en Mapfre. La aseguradora, junto a su socio Abante e IAM Carbonzero han lanzado el fondo ‘Mapfre Energías Renovables II, FCR’, el primer fondo de inversión de Europa que invertirá en biometano.
El fondo, al que se dará entrada a otros inversores institucionales y a clientes de banca privada, pretende captar hasta 100 M€ en una primera fase para destinarlos a la construcción y desarrollo de entre 20 y 25 plantas en España en un periodo de cinco años, lo que pretende generar 70 puestos fijos y 240 puestos indirectos de trabajo.
Una reclamación sectorial
Para que las palabras de Naturgy tengan más fuerza, la gran patronal sectorial, Sedigás, también se encuentra muy activa. De hecho, en los últimos días se ha movido bastante para expresar cierto malestar porque considera que el borrador de la revisión del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2023-2030 carece de la ambición necesaria para aprovechar todo el potencial de producción real de biometano de España.
Desde la patronal estiman que el objetivo revisado del PNIEC para el biogás, aun siendo el doble del fijado en la Hoja de Ruta del Biogás, es limitado, poco ambicioso y no está alineado ni con los objetivos señalados por la Unión Europea, ni con el potencial real de producción identificado por el sector. Una meta de 20 TWh anuales de biogás es representativa de menos de un 2% de biometano para sustituir la demanda de gas actual, tomando en consideración las mismas hipótesis de la hoja de ruta vigente.
Recuerdan desde Sedigás que REPowerEU fijaba en mayo del pasado año un objetivo para toda la UE de 35.000 millones de metros cúbicos de gas (8,5%-10% de la demanda de gas natural europea). Hace apenas unas semanas, la Comisión Europea señalaba en un informe de análisis económico para España que teníamos el potencial para explorar otros sectores capaces de contribuir al despliegue de energía renovable y contribuir al proceso de descarbonización.
Esta recomendación indicaba en particular a la alta capacidad de producción de biometano, cifrándolo en aproximadamente 4.100 millones de metros cúbicos al año en 2030, lo que permitiría sustituir hasta el 13% de nuestro consumo actual de gas natural. Además, el sector gasista ha estimado un potencial técnico de producción de hasta 163 TWh, volumen suficiente para descarbonizar el 45% de la demanda nacional de gas natural.
Por ello, la patronal donde Naturgy es una de las principales empresas, recuerda que el propio Gobierno, con la aprobación de la Hoja de Ruta del Biogás el pasado año, y ahora en este borrador de PNIEC, reconoce a los gases renovables como pieza esencial para alcanzar los objetivos de país en materia energética y de neutralidad climática en 2030 y 2050. En este contexto, y atendiendo a los objetivos conocidos para el biometano, solo pueden interpretar este borrador como una pérdida de oportunidad para el país.