Naturgy aguanta el aliento a las puertas de la batalla de IFM por el poder
El fondo australiano ultima la petición de su consejero con la vista puesta en las comisiones. Los números permiten a Reynés y La Caixa mantener el control, de momento
La entrada de IFM en Naturgy ha dado un vuelco a los equilibrios accionariales en la energética. Si bien las intenciones del fondo australiano, y sobre todo las de los otros dos fondos con peso en el consejo, GIP y CVC, todavía tienen más de rumor que de realidad, sí que se han desatado los nervios entre los principales actores, que se preparan para una batalla por el control de los órganos de poder.
El fondo que dirige en España Jaime Siles pinchó en su opa por entre el 17% y el 22,69% y solo logró el 10,83%, pero decidió renunciar al umbral mínimo que se había marcado y entrar en Naturgy con dicho porcentaje. Y es que aunque se quedara a la mitad de su objetivo, le permite tener un consejero y, lo que es casi más importante, sumar más del 50% con los otros dos grandes fondos de Naturgy: GIP y CVC.
Pero esta mayoría no vale, de momento, en el consejo de administración. Se prevé que IFM pida en breve por carta a Naturgy su consejero, pues aunque se esperaba que pudiera hacerlo la pasada semana, finalmente no sucedió. El órgano presidido por Francisco Reynés votará favorablemente e irá a la junta de accionistas, que también lo hará.
Con la entrada de IFM, los fondos que controlan el 52,1% de Naturgy –Rioja (CVC y los March) 20,7%, GIP 20,6% e IFM 10,8%– tendrán 5 consejeros: 2 de Rioja, 2 de GIP y 1 de IFM. La Caixa, primer accionista de la energética a través de Criteria con el 26,7%, otros 2, aunque se considera al presidente Francisco Reynés alineado con Isidro Fainé, o viceversa.
Aun así, La Caixa tiene las de perder en el consejo si los fondos deciden actuar en bloque para cambiar la estrategia, aunque cuentas con los independientes. Por ello, estos consejeros, que son mayoría en la energética, y la composición de comisiones como la de nombramientos, serán clave y pueden ser el objeto de la gran batalla en Naturgy.
Como adelantó Economía Digital, la intención de Reynés es ampliar el consejo para dar entrada a IFM y no cederle la silla de un independiente, como planeaba el fondo en el folleto de la opa sobre Naturgy. Además, podría introducir un segundo nuevo consejero, en este caso independiente, para que estos mantengan la mitad del consejo, como mandan las normas de buen gobierno de la CNMV que la cotizada se ha propuesto cumplir.
El consejo pasaría, de esta manera, de 12 a 14 miembros, de los que habría 7 dominicales, 6 independientes y un ejecutivo –el presidente, Reynés–. Por tanto, el peso de los independientes es clave, por lo que puede desatarse un baile de nombres y sillas. Si los fondos quieren poder aprobar decisiones, necesitan que al menos tres se pongan de su lado, pero por ahora su perfil es muy institucional.
Otra de las claves es el control de la comisión de nombramientos, que es la encargada de proponer y evaluar los candidatos a formar parte del consejo. Dicho órgano cuenta con siete miembros, tres de los cuales son dominicales –uno de Criteria, otro de GIP y otro de Rioja– y otros cuatro, independientes, entre ellos el presidente, Ramón Adell, persona muy cercana a Isidro Fainé.
La entrada de un consejero de IFM en esta comisión sí implicaría la salida de un independiente o bien un cambio del reglamento de las comisiones de Naturgy, pues ya cuenta con el número máximo de miembros. Y si no se amplía, rompería el equilibrio que mandan las normas de buen gobierno, según las que los independientes tienen que ser mayoría.
Fainé y Reynés mantienen el control
Si el control del consejo es importante, de momento Francisco Reynés e Isidro Fainé lo tienen de cara para mantenerlo. Los dos consejeros de La Caixa, el presidente y un independiente pueden bloquear una posible acción concertada de los 5 consejeros de los fondos. Pero no pueden en la junta de accionistas, donde el 52% da mayoría a Rioja, GIP e IFM.
Cualquier accionista puede forzar un punto del día en la junta, por lo que ni siquiera requiere pasar por el consejo. Esto supone que si los fondos quisieran aprobar alguna decisión o modificación de política de remuneraciones o gobernanza, no necesitarían ni a los independientes ni a Fainé ni a Reynés.
Nadie ha dicho aun que vaya a haber una confabulación de los fondos, pero se espera batalla en el consejo, las comisiones y quien sabe si en la junta de Naturgy
Por ahora, nadie ha dicho abiertamente que vaya a haber una acción concertada de los fondos. De hecho, el CNI lo investigó y no encontró pruebas concluyentes de ello, según publicó El Confidencial. Tampoco GIP y Rioja han dado muestras hasta ahora de querer una guerra en el seno de Naturgy, inversión que les está dando muchas alegrías por los dividendos y el crecimiento de la acción.
Por tanto, nos movemos todavía en el terreno de las intenciones y los rumores. En IFM recuerdan que el Gobierno les puso unas condiciones y que las aceptaron y niegan una confabulación entre los fondos.
Naturgy sigue su plan estratégico con tanta determinación como nervios por lo que puede venir mientras Criteria espera, con algo más de calma y sobre todo confianza en que Reynés no se desvíe de su rumbo. Si ha parado la compra de paquetes de acciones ha sido solo porque el precio está caro.