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Coche eléctrico en España: cinco mitos que no son lo que parecen

La transición hacia la movilidad eléctrica está en marcha, pero su ritmo de adopción no ha sido tan rápido como se podía esperar. En medio de este cambio hacia una movilidad más sostenible, aún persisten numerosos mitos que frenan la confianza de muchos conductores a la hora de apostar por un coche eléctrico. 

Desde preocupaciones sobre la autonomía hasta dudas sobre la infraestructura de recarga, estas ideas erróneas suelen nublar el panorama para los usuarios, especialmente en lo que respecta a la durabilidad de las baterías, los tiempos de recarga y la existencia de puntos de suministro. Sin embargo, el sector del automóvil defiende que estas dudas se basan muchas veces en «falsas creencias» que no reflejan la situación actual del vehículo eléctrico en España.  

«Llevamos tiempo con mensajes negativos de esperas, de funcionamiento, de autonomía, de puntos de recarga (…), pero hoy en día estas reflexiones no reflejan la realidad», explica Javier Izquierdo, director técnico de la patronal del vehículo eléctrico en España y Portugal, AEDIVE. 

Los expertos insisten en que la movilidad eléctrica está garantizada en nuestro país, con coches equipados con baterías cada vez más eficientes, que ofrecen una mayor autonomía y una red de puntos de recarga adecuada al número de vehículos existentes. Si bien es cierto que aún existen desafíos, como la aceleración de los trámites burocráticos para poner en marcha más puntos de recarga y el aumento de estaciones rápidas y ultrarrápidas, el futuro de la movilidad eléctrica va consolidándose a paso firme. 

Actualmente, el sector trabaja para mejorar la experiencia del usuario, garantizando tiempos de recarga más cortos en puntos ultrarrápidos, donde el proceso puede oscilar entre cinco y treinta minutos, desmitificando así una de las mayores preocupaciones de los posibles compradores.

La autonomía de los vehículos: un elemento psicológico

Uno de los mayores miedos de los usuarios que se plantean adquirir un coche eléctrico es la autonomía de las baterías. Durante años, los conductores han asociado estos vehículos con recorridos cortos, rondando siempre la preocupación de quedarse sin batería a mitad de un trayecto.

No obstante, Christian Costaganna, consejero director general de Nissan en España, asegura que este temor es principalmente psicológico, ya que el rendimiento de las baterías ha mejorado exponencialmente en los últimos años. «El consumidor tiene que saber que la autonomía de los vehículos eléctricos ha aumentado sustancialmente y ya se puede viajar sin problemas de batería», subraya Costaganna.

Hoy en día, los coches eléctricos de alta gama pueden superar los 500 kilómetros de autonomía, e incluso algunos modelos ya publicitan cifras de entre 600 y 700 kilómetros, un avance que elimina la mayoría de las preocupaciones iniciales. 

¿Son las baterías un problema a medio plazo? 

Otro de los grandes temores por parte de los consumidores potenciales es que las baterías se deterioren rápidamente y deban ser reemplazadas a un alto costo. La realidad es que las baterías de litio utilizadas en los coches eléctricos modernos están diseñadas para durar miles de ciclos de carga.

Si se mantienen adecuadamente, pueden funcionar durante más de 10 años sin perder capacidad de manera significativa. Además, la gran mayoría de los fabricantes ofrecen garantías sobre las baterías, cubriendo entre 8 y 10 años o un determinado número de kilómetros. 

Una red de recarga suficiente para la demanda actual 

La percepción de que no hay suficientes puntos de recarga en España es de los mitos más generalizados. Tanto AEDIVE, cuya agrupación aglutina a toda la cadena de valor del vehículo eléctrico, como ANFAC, la patronal de los fabricantes, coinciden en que la infraestructura existente es adecuada para el número de vehículos eléctricos en circulación. 

La red de infraestructuras de recarga de acceso público operativas en España supera los 37.000 puntos a 30 de septiembre de 2024, según datos recogidos por AEDIVE. Así, en el tercer trimestre de 2024 se han instalado y puesto en marcha 3.031 puntos de recarga de acceso público, con una media de 1.010 equipos al mes, lo que supone el mayor dato interanual de toda la serie histórica. 

«Tenemos 37.136 puntos, un 35% más que hace un año, con un uso medio de entre el 4 y el 6%, un dato que avala que hay suficiente infraestructura», explica Javier Izquierdo, director técnico de AEDIVE. Además, apunta que la mayoría de los usuarios recargan sus coches en casa y solo dependen de los puntos públicos en determinados desplazamientos, donde los puntos de recarga existentes cubren las necesidades.

«Es cierto que hay momentos puntuales en los que hay colas en puntos estratégicos, pero hay opciones suficientes. El usuario tiene que ser consciente también de que, en cierta medida, el coche eléctrico es como el móvil, cuando está parado es el momento propicio para cargarlo», prosigue. 

Tiempos de recarga en constante evolución 

Los tiempos de recarga también han mejorado considerablemente, aunque todavía se necesitan avances, especialmente en la instalación de puntos de recarga rápida y ultrarrápida. Según los últimos datos de AEDIVE, los puntos de recarga que han registrado un mayor crecimiento en el tercer trimestre son los de 50 kW a 250 kW (con un 126 % de subida interanual) y los más de 250 kW (un 48 % de incremento interanual), que son los que eliminan la ansiedad de autonomía en el usuario. 

Aun así, ANFAC ha señalado que, para satisfacer de manera óptima las necesidades de los usuarios, al menos el 51% de los puntos de recarga deberían ofrecer potencias superiores a 22 kW para el año 2024. Actualmente, solo el 29% de la infraestructura de recarga de acceso público supera esta cifra, según su Barómetro de la electromovilidad del tercer trimestre del año.

La instalación de nuevos puntos: un reto burocrático

Pero el reto por antonomasia para el desarrollo de la movilidad eléctrica en España es la burocracia, que ralentiza la instalación y puesta en funcionamiento de nuevos puntos de recarga. 

Félix García, director de comunicación de ANFAC, explica que actualmente hay más de 10.000 puntos instalados, pero inoperativos al estar pendientes de autorizaciones que tardan varios meses en conseguir su aprobación. «Es necesario agilizar y reducir la burocracia. No es normal que se tarde más de 18 meses en otorgar la aprobación para que un punto de recarga instalado se pueda conectar a la red eléctrica o se ponga en funcionamiento», insiste García. 

En esta línea, la patronal de fabricantes ha solicitado al Gobierno la creación de un organismo estatal que se encargue de supervisar, gestionar y coordinar el desarrollo de la infraestructura para combatir la percepción ciudadana de falta de previsión. 

«Es necesario agilizar y reducir la burocracia. No es normal que se tarde más de 18 meses en otorgar la aprobación para que un punto de recarga instalado se pueda conectar a la red eléctrica o se ponga en funcionamiento» 

Carlos Bermúdez, responsable de desarrollo de negocio de la movilidad eléctrica en Repsol, comparte esta preocupación: «Es fundamental que se minimicen y flexibilicen todas las barreras que actualmente tenemos los operadores a la hora de activar los puntos de recarga que estamos instalando».

Además, subraya la necesidad de diseñar una infraestructura de recarga de acceso público, especialmente en un país como España, en el que un 70% de los vehículos eléctricos «duermen» en la calle y no disponen de un punto de recarga propio en casa. 

Según su experiencia en Repsol, Carlos Bermúdez explica que «se están haciendo muchas cosas bien, pero todavía queda mucho por hacer. Nosotros actualmente tenemos más de 2.500 puntos de recarga de acceso público instalados, de los cuales solo más de 1.800 están activos.

Actualmente, activar un punto de recarga en España nos está llevando, de media, unos 15 meses, mientras que la ejecución de la obra nos lleva únicamente entre tres y cuatro semanas». 

La realidad del coche eléctrico en España y su impacto económico 

El aumento de la movilidad eléctrica ofrece también grandes oportunidades económicas para España. Según ANFAC, generaría miles de empleos en sectores como la infraestructura energética y la fabricación de componentes para vehículos eléctricos, con una inversión estimada de 5.000 millones de euros hasta 2030.  

Este proceso requiere tiempo y un esfuerzo coordinado entre fabricantes, gobiernos y usuarios; pero los avances en España ya son palpables: la infraestructura actual es suficiente para los vehículos en circulación y la tecnología ha permitido que los coches eléctricos superen muchas de las limitaciones iniciales que generaban desconfianza. 

Aunque queda trabajo por hacer, especialmente en términos de agilización de trámites y aumento de la infraestructura de recarga rápida, el desarrollo de la movilidad eléctrica es una realidad innegable, que puede convertirse en un motor clave para el crecimiento económico.