«En España hay ambición en la sostenibilidad, el reto es convertirlo en resultados»
Mitch Reznick, director de inversión sostenible en renta fija de Federated Hermes, reflexiona sobre el papel de las empresas en la lucha climática y destaca los compromisos con la sostenibilidad de Telefónica y los grandes bancos españoles
Con 25 años de conocimiento a sus espaldas, Mitch Reznick, tiene un vasto conocimiento de los factores ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG por sus siglas en inglés) que se tienen en cuenta a la hora de invertir en una empresa. Es el director de inversión sostenible de renta fija de la gestora Federated Hermes, especializada en sostenibilidad y con 669.000 millones de dólares en activos bajo gestión.
En la última semana, participó en el congreso de los Principios de Inversión Responsable de la ONU (PRI) celebrado en Barcelona y aprovechó su visita a la capital catalana para reflexionar sobre la política y agenda verde de las compañías, con un foco cada vez más claro, pero con un largo camino aún por delante. “Nos acercamos al horizonte, nos quedamos sin tiempo y esto va lento”, defiende en una entrevista en Economía Digital.
Con Europa a la vanguardia de las políticas sociales y ambientales, Reznick considera que España está pasando por un momento clave: “Está acercándose a países como Francia y Países Bajos, la ambición está ahí, ahora el reto está en convertirlo en resultados”. El inversor defiende que el movimiento nacional está impulsado “desde abajo”, lo que ha creado unos buenos fundamentos para que los gigantes económicos, entre los cuales nombra los principales bancos –Santander, CaixaBank, BBVA-, y a Telefónica; desarrollen su propia agenda sostenible.
El directivo de Federated Hermes matiza que cada compañía tiene sus propios retos, y pone como ejemplo la diferente normativa con las que tienen que maniobrar aquellas que operan en destinos países. “Santander es un banco enorme, con huella en Latinoamérica y jurisdicciones más desafiantes. Aun así, tiene que desarrollar su agenda verde, con objetivos muy ambiciosos”.
ESG en tiempos de crisis
El mercado inversor tampoco se escapa de la coyuntura económica actual, cada vez más incierta y con una posible recesión en el horizonte. Ante esta situación, Reznick entendería que los gobiernos y las empresas destinaran más dinero a hacer frente a la crisis y a intentar mitigar la caída del poder adquisitivo de las personas, dejando de lado otros aspectos ESG.
En este sentido, defiende que sería “perdonable”, por ejemplo, dejar a un lado políticas en materia de energía renovable más inmediatas, pero no que “se abandone toda la inversión en la industria”. Asimismo, reafirma que a largo plazo serian beneficiosas, sobre todo en Europa por su alta dependencia energética: “La seguridad energética es seguridad”.
Federated Hermes cuenta con una cartera formada por una decena de fondos, que utiliza para comprar bonos verdes emitidos por empresas. Ofrece capacidades especializadas en renta variable, renda fija y mercados privados, además estrategias multiactivas.
Inversiones en sectores contaminantes
Con un porfolio de compañías en las que invierten a largo plazo para garantizar una redención de cuentas, han trabajado, por ejemplo, con la petrolera mexicana Pemex, la brasileña Petrobras o la británica BP. Según cuenta, no tienen miedo de echar “una red tan amplia como sea posible” incluyendo sectores donde la política sostenible es «desafiante» como el tabaco o los combustibles fósiles.
“Seleccionamos empresas que reconocen los riesgos internes y externos, pero los abordan y quieren un cambio”, reafirma. Por ejemplo, la compañía apuesta por refinerías o energéticas que destinan recursos en proyectos con energías renovables o que impliquen una reducción de sus emisiones. “Tiene que ser significativo, básico de su actividad, para que implique un cambio real”.
En este sentido, son prudentes de no caer en el greenwashing, utilizando estudios exhaustivos de los compromisos en ESG de las empresas, con planes ambiciosos y sobre todo tratando de asegurar un retorno de sus inversiones en términos materiales. “Hay oportunidades de caer. Por suerte son pocas, pero hay empresas que solo quieren recibir la etiqueta verde”.