Miró sufre una nueva crisis de tesorería tras su último ERE
Los trabajadores despedidos todavía esperan sus finiquitos y el director financiero renuncia tras confrontaciones con el dueño
La cadena de electrodomésticos Miró afronta una complicada situación financiera tras su último Expediente de Regulación de Empleo (ERE). Apenas 3 de los 119 empleados despedidos han cobrado sus indemnizaciones, según ha explicado a este diario un grupo de trabajadores afectados. La cadena sigue atravesando una complicada situación en sus almacenes que se encuentran sin mercancía.
En medio de las complicaciones económicas, el director financiero de la compañía, Toni Escribano, ha presentado su renuncia irrevocable ante la cúpula. El hasta ahora responsable de las finanzas ha tenido abiertas fuertes confrontaciones con el propietario de la compañía, Martín Gruschka, dueño del fondo de capital de riesgo Springwater a quien ha señalado de ser responsable de la descapitalización de la empresa.
El directivo ha comunicado a la plantilla que intentó «contribuir a la buena marcha del negocio y a su crecimiento a pesar de las condiciones de trabajo adversas impuestas por el propietario de la compañía». Las condiciones fijadas desde Springwater –asegura– le han impedido desarrollar su trabajo «con normalidad».
Los actuales directivos de la empresa consideran que las acusaciones del ex director financiero no describen de forma objetiva la situación económica de Miró. La empresa ha asegurado que no comparte los criterios de un directivo que ya no forma parte de la plantilla.
Tensiones económicas
Los trabajadores de Miró se enfrentan a un ambiente de permanente tensión. Buena parte de la plantilla no asiste a sus lugares de trabajo «porque no hay nada que hacer», según explican.
Las tiendas sufren desabastecimiento de productos y las estanterías y escaparates lucen vacíos o semivacíos. Los proveedores se niegan a abastecer con normalidad a las tiendas porque temen que la sociedad vuelva a ir a su tercera liquidación.
Worten da la espalda
Miró intentó cerrar un acuerdo de distribución con la cadena de electrodomésticos Worten, que tiene un plan de expansión por España que incluye la apertura de 10 nuevos establecimientos este año. Pero, a última hora, la empresa portuguesa, que quiere abrir nuevas tiendas en España, ha declinado cerrar cualquier acuerdo comercial con la cadena catalana.
Los directivos portugueses rechazaron el pacto tras haber analizado la situación financiera de la cadena catalana. Miró fue comprada por el fondo de inversión Springwater por apenas tres millones de euros durante su proceso de liquidación.
Tras la adquisición, el fondo de capital riesgo puso al frente de la compañía Ignacio González Pisón, su administrador concursal. Ahora, la compañía está dirigida por el italiano Matteo Buzzi.
Miró había anunciado una importante expansión para 2015 y 2016, pero lejos de los planes de crecimiento, ha tenido que pactar el cierre de la mayoría de tiendas fuera de Cataluña y el despido de 119 empleados, una cuarta parte de la plantilla.