Del papel de fumar al de votar: Miquel y Costas aspira a proveer 1.200 toneladas de papeletas para el 23J

La cotizada catalana ya suministró papel en algunas comunidades para las recientes elecciones autonómicas

Los preparativos en un colegio electoral de la localidad madrileña de Leganés, durante el 28M.- EFE/Juan Carlos Hidalgo

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Incertidumbre para algunos, una oportunidad de negocio para otros. El adelanto electoral no dejó a nadie indiferente y volvió a reactivar la maquinaria electoral apenas 12 horas después que cerraran los colegios tras las votaciones municipales y autonómicas. No solo la ‘maquinaria’ política, sino también las físicas y logísticas, las que garantizan una buena organización y funcionamiento de las votaciones entre bambalinas. 

En el primer eslabón de esta cadena, se encuentra el papel sobre el cual se imprimen las listas de cada candidatura. Es aquí donde entran en juego las compañías papeleras, entre las que se encuentra Miquel y Costas, que en su contienda para diversificar su facturación y alejarse del decreciente negocio de la fabricación del papel de tabaco, ha encontrado un nicho en las convocatorias electorales. La cotizada catalana aspira a producir 1.200 toneladas de papel para papeletas y sobres del 23J. 

Así lo explicó este martes el director general de la compañía, Ignasi Nieto. En las próximas semanas, las distintas delegaciones provinciales del Gobierno lanzarán una licitación pública a la que podrán acceder las imprentas. Estas empresas buscan sus propios proveedores, entre las cuales se encuentran las distintas fábricas de Miquel y Costas. De conseguir pedidos, la empresa con sede en Barcelona se encargará de elaborar el papel y cortarlo a tamaño industrial para el uso de las imprentas. 

Según los cálculos de la papelera, unas votaciones como la de las Cortes Generales, con decenas de candidaturas tanto al Congreso de los Diputados como al Senado, puede llegar a necesitar alrededor de 3.000 toneladas de papel solo con los boletos y los sobres. La compañía presidida por Jordi Mercader no tiene capacidad de, con tan poca antelación, generar semejante cantidad de papel, por lo que se marca como objetivo máximo estas 1.200 toneladas: “Es nuestra carta de reyes”, ha valorado Nieto. 

Objetivo: las papeletas color sepia del Senado

Miquel y Costas considera que tiene muchas más probabilidades de que sus materiales sean los que se utilicen para votar en el Senado, que en el del Congreso. Mientras que hay multinacionales gigantescas dedicadas a la elaboración de papel blanco, no todas las papeleras pueden fabricar el papel color sepia sobre el que se imprimen los nombres de los potenciales senadores. 

Aquí es donde entra la fábrica de la compañía tiene en Vilarreal (Castellón), que adquirió en 2018, tras hacerse con el capital de Clariana. El centro está especializado en la fabricación de papel de colores y puede trabajar con gramajes diferentes que encajen con los boletos electorales.

Eso sí, la empresa reconoce que un encargo de esta magnitud, y más tras perder cuatro meses por el adelanto electoral, requiere cambios en el día a día de la fábrica, lo que está presionando al sector. “Es ambicioso y delicado”, reconoce el director general. 

De izquierda a derecha, el vicepresidente de Miquel y Costas, Jordi Mercader Barata, el presidente Jordi Mercader Miró y el director general, Ignasi Nieto. Miquel y Costas

Miquel y Costas ya suministró alrededor de 500 toneladas de papel sobre el que se imprimieron las papeletas de algunas comunidades autónomas en los comicios mayo. Se trata de una de las últimas oportunidades de negocio que ha encontrado para diversificar su portafolio y reducir su dependencia al papel de fumar. 

La empresa ha asegurado que no seguirá invirtiendo en el mercado del tabaco por ser “decreciente” y se centrará en innovar y buscar alternativas. Algunas de sus opciones son detalles hechos de papel en el packaging de la industria alimentaria, que cada vez está reduciendo más el uso de plásticos, o pajitas de papel para beber, en la rama de negocio que llama «papel industrial». 

En los últimos años, Miquel y Costas ha recortado el peso que tiene sobre su facturación la venta de papel de tabaco, aunque sigue representando el 60% de sus ingresos, mientras que el industrial equivale a un 30% y el 10% restante a otras líneas de negocio. Además, el mayor valor añadido que generan con este producto lo hace mucho más rentable, por lo que representa más del 70% de la rentabilidad. 

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