Merlin lanza un dardo por las trabas en la Operación Chamartín
El consejero delegado Ismael Clemente lamenta las diferencias entre España y otros mercados a la hora de tramitar proyectos urbanísticos
Que Madrid Nuevo Norte, conocido anteriormente como Operación Chamartín, es un proyecto urbanístico marcado por los trámites burocráticos no se le escapa a nadie. Tampoco a Ismael Clemente, el consejero delegado de Merlin Propierties, la socimi que desde octubre del pasado año anunció que entraría en el proyecto tras comprar un porcentaje significativo a la inmobiliaria San José.
Durante la sexta edición del encuentro inmobiliario de IESE, Savills Aguirre Newman y Tinsa, Clemente ha hecho alusión a las trabas burocráticas que rodean el proyecto, uno de los mayores desarrollos urbanísticos de Europa.
Lo ha hecho cuando conversaba con el presidente de Colonial, Juan José Brugera y con Jaume Miquel, consejero delegado y presidente ejecutivo de Tendam durante la ponencia Oficinas, Retail y Logística.
«Escucho a Juan (Brugera) y me entran ganas de ponerle ruedas a la estación de Chamartín — una de las infraestructuras clave que está dentro de este proyecto— y me entran ganas de ponerle ruedas y llevármela a París», ha dicho Clemente cuando se hablaba del buen estado de salud que vive el negocio de oficinas en el país vecino.
Clemente tampoco ha querido desaprovechar la ocasión y reivindicar la necesidad de llevar a cabo esta operación, la cual no considera que sea solo positiva para Madrid, sino para el resto de España. Madrid Nuevo Norte es un macroproyecto que incluye, entre otros, la construcción de 10.485 viviendas, 1,5 millones de metros cuadrados de oficinas y 103.000 metros cuadrados de uso comercial.
Sobre el resto de cuestiones sobre la Operación Chamartín, el consejero delegado de Merlin ha preferido no pronunciarse y se ha limitado a decir que todo lo que se tenga que comunicar se anunciará a través de Distrito Castellana Norte (DCN), la sociedad conjunta entre las empresas encargadas de desarrollar el proyecto.
Esta sociedad, cuyo capital social se repartía entre la inmobiliaria gallega San José, cambió su estructura accionaral en octubre del pasado año. Merlin anunció que adquiría el 14,4% del proyecto por un importe de 168,89 millones de euros.
Ideada hace 20 años, la Operación Chamartín se ha caracterizado por sufrir la parálisis por culpa de las adminsitraciones. De hecho, el proyecto, que debería haber recibido el último visto bueno a finales de diciembre, se encuentra en su fase final de tramitación, dado que la Comunidad de Madrid todavía analiza el expediente completo. Se espera que, si nada más lo impide, vea luz verde antes de que termine el mes de marzo.