Merlin cierra la crisis entre Santander y el equipo de Clemente en falso: volverán las diferencias en 2022
El pacto "para mejorar la gobernanza" no se concretó y ni siquiera parte del consejo termina de entender qué significa. Banco Santander podría volver a intentar tomar el mando de la empresa
Ismael Clemente ganó a finales de diciembre su primer match ball en el enfrentamiento que mantiene abierto con Banco Santander por el control de Merlin Properties. El consejero delegado y fundador de la cotizada salvó su cargo en un tenso consejo en el que se acordó iniciar «un proceso de reforma de la gobernanza» que sin embargo no se concretó en hechos concretos. Ni siquiera en una hoja de ruta.
En un consejo de más de dos horas y media de duración celebrado en la sede que Merlin tiene en el paseo de la Castellana, los 13 consejeros de la Ibex aprobaron salvar la cabeza de Clemente, por el momento. En una nota remitida a la CNMV tras la reunión, el órgano informó que “por unanimidad” se había acordado iniciar “un proceso de reforma de la gobernanza, con el objetivo de mejorar la misma”. No se precisó en qué consistirá esta reforma.
Dos semanas después, la incertidumbre que recorrió los mercados es prácticamente la misma. Incluso dentro de la propia Merlin. Cuando se pregunta, la respuesta sobre este proceso varía según las fuentes consultadas. Y todos se dan por victoriosos. Es por ello que se da por hecho que los encontronazos proseguirán durante 2022.
«El equipo gestor tendrá un funcionamiento más propio de una gran cotizada y no de un family office», dicen voces cercanas a Javier García-Carranza, presidente de la socimi y el hombre del Santander en la empresa. El estilo de mando y el salario de Clemente eran dos de los puntos que más incomodaban a la entidad.
«Banco Santander no intentará controlar una empresa con una posición minoritaria”, responden desde el entorno de Clemente y Miguel Ollero, el director corporativo de la organización.
En la misma línea se había pronunciado ya la plantilla durante los primeros compases del enfrentamiento. “No al feudalismo corporativo”, habían denunciado los empleados En la nota criticaban los “comportamientos abusivos y feudales por parte de accionistas minoritarios que pretenden ejercer el control mayoritario hurtando al resto de accionistas su participación en la toma de decisiones, ahorrándose de esta forma el pago de la prima correspondiente”.
Queda también por ver como se posiciona el segundo accionista de la socimi, que en diciembre no se alineó con la banca. Nortia (8%), el fondo de inversión de Manuel Lao, se mantuvo entre dos aguas, como ya venía haciendo en los primeros capítulos del conflicto y no se posicionó por el cese del consejero delegado.
La consejera del vehículo inversor, Ana Forner, ya había frenado en otras ocasiones los órdagos del presidente contra el equipo directivo.
A la espera de la junta de accionistas de Merlin Properties
Una vez superado el tenso consejo, Ismael Clemente y Javier García-Carranza expresaron “su respeto mutuo” en la misma nota. A pesar de los reproches salidos desde ambos bandos, presidente y consejero delegado trataron de aparentar normalidad en sus relaciones. Ambos se comprometieron a no alimentar el enfrentamiento en los medios de comunicación tras ver como la acción caía hasta un 5% en bolsa.
En el texto, la organización manifestaba “su rechazo de manera expresa al contenido de las noticias aparecidas en los distintos medios de comunicación durante los últimos días, y, en particular, aquellas descalificaciones contra determinados accionistas y consejeros de Merlin”.
Se da por hecho que el relevo del consejero delegado no se producirá en un futuro próximo. En el sector se especula con que Banco Santander podría volver a intentarlo en la próxima junta de accionistas intentando captar a accionista minoritarios para sus tesis. Todas las voces consultadas sostienen que habrá más capítulos en este enfrentamiento.
Mientras, Clemente y su mano derecha, Miguel Ollero (director corporativo), deberán resistir a Javier Garcia-Carranza uno de los ejecutivos más duros de la banca española. Las tensiones con él arrancaron, según varios medios, por la intención del Santander de excluir de bolsa a la socimi para gestionar sus activos. La negativa de los ejecutivos provocó ya en un primer momento la salida de David Brush, otro de los fundadores de la cotizada.