Merck mantiene en vilo a parte de la plantilla espaƱola

La continuidad de varios empleados dependerĆ” de la evoluciĆ³n internacional de la farmacĆ©utica

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Unos 70 empleados de Merck –la farmacéutica que fabrica el anticancerígeno Erbitux— viven en la cuerda floja, su continuidad en la compañía pende de un hilo. Los laboratorios todavía poseen una lista de despedidos por aplicar hasta finales del próximo año. Sólo la dirección internacional del grupo puede poner fin a la incertidumbre.

Merck llegó a un acuerdo el pasado verano para despedir a 190 trabajadores. A los pocos días, 120 empleados fueron despedidos con unas condiciones superiores a las que aplican otras firmas: prejubilaciones a los 58 años con el 95% del salario hasta los 65 y, para el resto, 63 días con un tope de 42 mensualidades, es decir, casi tres años y medio de contrato.

“Estas 70 personas dependen de determinados proyectos globales de Merck. Hasta que no lleguen no se sabrá cuántas finalmente serán afectadas por el ERE”, dice una fuente de la compañía.

Soporte

Los sindicatos aseguran que la gran mayoría de estos 70 despidos serían en administración, o lo que la farmacéutica denomina soporte. Es decir, servicios de apoyo al core business de la compañía, la producción de fármacos y el I D i.

Tanto empresa como comité mantienen el contacto a través de la comisión de seguimiento. A día de hoy, no se avanza sobre los nuevos programas y cómo afectarán al negocio en España. “Podría disminuirse el número en mucha gente o en poca, depende de cada proyecto. Incluso, se podría llegar a no despedir a nadie”.

Evitar el despido

Los sindicatos y la empresa trabajan para evitar que esas 70 personas pierdan su trabajo. “No es tanta la incertidumbre. La gente está centrada en hacerlo lo mejor posible, está trabajando para intentar evitar el despido”, aseguran en Merck. “Los departamentos que se pueden ver afectados ya lo saben”.

A pesar de todo, la farmacéutica sigue manteniendo las tres plantas en España, dos en Mollet del Vallès (Barcelona) y una en Tres Cantos (Madrid). Además posee los servicios centrales en la capital. “Muy pocas farmacéuticas pueden decir que tienen tres plantas en España. Además, la viabilidad de los centros productivos está garantizado”, explican en Merck.

Robert RodrĆ­guez

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