Meliá ajusta sus cuentas con operaciones de ingenierÃa financiera
La familia Escarrer debe hacer frente a un pasivo que no baja de 1.000 millones de euros
Vendo un hotel por aquí y lo compro parcialmente por allá. Este es el resumen de las operaciones realizadas a finales del pasado mes de junio por la cadena Meliá, que han permitido incluir en las cuentas del primer semestre 35 millones de plusvalías brutas.
Habrá que esperar a que la familia Escarrer informe de los resultados para ver cómo hubiera incidido no llevar a cabo, sobre la campana, la casi obligada autoventa de activos. La deuda financiera aprieta y hay que actuar. Un pasivo que no baja de 1.000 millones de euros y, lo más acuciante, el 80% vence entre 2013 y 2014. Casi 380 millones este año y 450 el que viene.
Proyecto Calvià Beach
El asunto resulta bastante sencillo. Se sacan unos activos del perímetro consolidado de la matriz, propiedad al 100% de la cadena hotelera, para venderlos a otra en la que Meliá participa y, además, se queda como gestora del establecimiento. La operativa se ha repetido en varias ocasiones en los últimos meses y es muy probable que se eche mano de ella antes de que acabe el presente ejercicio.
En esta ocasión, se vuelve a articular la venta y la compra parcial de hoteles a través del proyecto ‘Calvíá Beach’, montado hace dos años para regenerar el enclave de turismo masificado de Magalluf, en Mallorca.
Ahora son los hoteles Sol Guadalupe y Sol Trinidad-Jamaica los que se intercambian. De Meliá a la ‘joint venture’ que la cadena mallorquina y el grupo holandés Evertaas constituyeron entonces al 50%, cuando la antigua marca ‘Hoteles TRYP’ pasó a denominarse Evertmel (acrónimo de ambas compañías).
Ambas, como copropietarias, aportaron el hotel Royal Beach, mientras que Meliá hizo lo propio con el Sol Antillas Barbados –cuyo valor de aportación fue de 55 millones y una plusvalía de 20,5 millones–, de igual manera que Evertaas con el hotel Mallorca Beach.
Hacer caja
Básicamente se trata de hacer caja, aunque Meliá venda el tema como un objetivo estratégico de optimizar la gestión de los espacios aprovechando las sinergias generadas de la explotación conjunta.
La acelerada rotación de activos antes de cerrar el primer semestre no la ha limitado la cadena mallorquina de los Escarrer al proyecto ‘Calviá Beach’. Otro hotel en Magalluf, el Sol Tenerife, ha sido objeto de otro rocambolesco cambio de propiedad.
Meliá lo saca de Tertian XXI –una de sus filiales– para incorporarlo a Producciones del Parque, sociedad en la que Meliá se integró en diciembre de 2012 para obtener sinergias derivadas de la atracción turística Katmandú Park, aportando entonces el Magalluf Park & Resort.
Ingeniería financiera
En definitiva, operaciones de ingeniería financiera para obtener liquidez inmediata y, de paso, cambiar y compartir la deuda. Hace dos años, tras el acuerdo con Evertaas y al objeto de cubrir las inversiones de esa unión, Meliá, como empresa matriz de la marca Sol, garantizaba el acuerdo de financiación renovable hasta un máximo de cinco años alcanzado por Sol Meliá con UBS, referenciado al Credit Default Swap (CDS) de la matriz por un importe máximo de 150 millones de euros.
Al margen de estas operaciones, Meliá finaliza un semestre con la deuda sin refinanciar, con una emisión de bonos convertibles en acciones por importe de 200 millones y con la salida del Sabadell de su accionariado el pasado mes de mayo, cuando la entidad presidida por Josep Oliu vendió por 61 millones de euros el 6% que poseía en la hotelera a través de Inversiones Cotizadas del Mediterráneo.