MásMóvil y Orange meten presión a Telefónica: captan 210.000 clientes en 2022 mientras Movistar pierde 100.000
El operador líder de telecomunicaciones debe empezar a estar preocupado, MásMóvil/Orange serán una dura competencia
En las próximas semanas se hará oficial la unión de MásMóvil y Orange. Al menos, la parte que incumbe a ambas compañías. Posteriormente tendrán que ser los reguladores europeos los que validen la fusión. No obstante, este tiempo de incertidumbre no les ha apartado del pequeño reto que se han propuesto: ser el operador comercial más grande de España. Y parece que van en camino.
El verano será una fecha clave para el futuro de MásMóvil y Orange. En estos momentos se encuentran ultimando los flecos, que tienen que ver con la valoración de las empresas, para terminar el ajuste contable de la ‘joint venture’ que se creará. Pero no solo es esencial el periodo estival en este sentido. Durante los meses de vacaciones la actividad comercial es relativamente baja, pero sin embargo es el gran preludio de lo que llega en la última parte del año, donde más portabilidades ocurren.
Ante este escenario, los primeros meses del año representan un grave problema para los intereses de Telefónica en la competencia con el futuro operador que surgirá de la fusión entre MásMóvil y Orange. En concreto, según los datos publicados por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), en los cuatro primeros meses del año el operador azul perdió 100.000 clientes sumando los segmentos de banda ancha fija (BAF) y móvil.
La cifra no debería ser especialmente preocupante para Telefónica. Desde hace años la compañía sigue ajustando su cartera de clientes, y ha asumido con cierta normalidad esa sangría controlada de usuarios. El problema es que entre amarillos y naranjas han metido más de 200.000 nuevos abonados en BAF y líneas móviles.
Es cierto que el mayor volumen de portabilidades las suma MásMóvil, pero Orange ha tenido un gran comienzo de año, sobre todo en el segmento fijo. En concreto, la compañía dirigida en España por Jean-François Fallacher se ha dejado solo 9.200 usuarios, frente a los 17.700 que ha perdido Telefónica; y los 29.700 que se ha dejado Vodafone.
En este contexto, la llegada del otoño se presenta esencial para Telefónica. Si no consigue restar fuerza comercial a la unión de MásMóvil y Orange, y su ritmo de captación se mantiene estable, tarde o temprano se puede convertir en un problema. Y todo eso sin llegar a tener las sinergias que se esperan.
MásMóvil y Orange, a la espera de Bruselas
Junto a las negociaciones entre MásMóvil y Orange, así como la actividad comercial, hay otra cuestión que mantendrá ocupadas a estas dos compañías durante los próximos meses: la validación por parte de los reguladores europeos de la fusión. En este caso, además, tendrán que estar atentos a los ‘remedies’ que se planteen.
Por la tipología de fusión, la cuestión puede centrarse no solo en activos, sino en la propia capacidad y gestión comercial (usuarios) y sus marcas. Esta sería una decisión muy extraña y que no se ha tomado hasta ahora en Europa, pero no quedaría más remedio ante la concentración que se provocaría.
En concreto, según el reglamento de la Comisión Europea, «las cesiones de una actividad empresarial parecen por lo general preferibles a la concesión de licencias sobre derechos de propiedad intelectual, ya que la concesión de una licencia implica una mayor incertidumbre, no permite al licenciatario competir inmediatamente en el mercado, implica el mantenimiento de una relación entre las partes que puede permitir al licenciante influenciar al licenciatario en su comportamiento competitivo y dar lugar a conflictos entre ambos en relación con el alcance y las condiciones de la licencia».
«(…) Por lo tanto, la concesión de una licencia no se considerará por lo general apropiada cuando parezca posible la cesión de una actividad empresarial. En caso de que surjan problemas de competencia como consecuencia de la posición de mercado mantenida por dicha tecnología o dichos derechos de propiedad intelectual, una cesión de la tecnología o de los derechos de propiedad intelectual es la solución preferible, ya que elimina una relación duradera entre la entidad procedente de la concentración y sus competidores. Sin embargo, la Comisión podrá aceptar acuerdos de concesión de licencias como alternativa a la cesión, cuando, por ejemplo, una cesión obstaculizaría una investigación eficaz y en curso, o cuando una cesión sería imposible debido a la naturaleza de la actividad empresarial».
La traducción de esto podría tener diversas implicaciones, desde la cesión de infraestructura, redes, torres; algunas marcas, gestión de clientes; acceso prioritario mayorista…. Y es que la duración del proceso determinará hasta qué punto se puede ejecutar. También servirá para tener una base teórica a nivel de regulación en otros mercados.