Más degradación en las traducciones judiciales: “Él me entiende, yo no”
Los juicios en Madrid que requieren traducción pueden terminar de dos maneras: suspendidos por mala traducción o como una Torre de Babel. Asistimos a dos casos
Sucedió este miércoles. La juez número 18 de lo penal de Madrid, en los juzgados de la calle de Julián Camarillo 11, llama al acusado, su abogada defensora y su traductora-intérprete.
La juez estaba advertida de que la nueva traductora tenía dificultades para entender al acusado y lanza una pregunta. ¿Comenzamos con la traducción? La nueva intérprete judicial, que ganó el puesto gracias a un proceso ejecutado por la Comunidad de Madrid, no tuvo el mejor comienzo posible. “Vamos a intentarlo”.
La demoledora precedió a su actuación judicial. La juez pregunta al acusado si desea contestar en castellano y ser asistido en ocasiones puntuales por la intérprete o si, por el contrario, prefiere expresarse en árabe y ser traducido por completo.
Pero el acusado comenzó su declaración en español. Fue contestando con algún traspié hasta que el fiscal le formula una pregunta clara: “¿Por qué lo detuvieron?”. Ante la dificultad para contestar con claridad, la juez pide la intervención de la intérprete. La traductora parece entenderse con el acusado y se dirige al tribunal.
-Creo entender que dice que fue la policía.
La abogada defensora comienza a protestar pero la juez le ordena guardar silencio, mientras la traductora continúa su trabajo.
-Yo no le entiendo, él a mí sí porque yo hablo árabe clásico y él habla un dialecto, el dialecto marroquí.
-Vamos a ver: si no le entiende tiene que suspenderse el juicio, porque usted no entiende la lengua del acusado -interrumpe le juez.
Ante la confusión del tribunal, el joven vuelve a repetir sus frases para que la traductora lo entienda.
-Le detuvieron porque era menor- asegura la traductora.
-Vamos a ver ¿Cuál era la pregunta del ministerio fiscal?- pregunta el juez.
– Que por qué le detuvieron- interviene la traductora.
Tras algunos intentos fallidos de comunicación en árabe, la traductora opta por dirigirse al acusado en castellano para repetir lo que el fiscal ya había preguntado, también en castellano.
-¿Qué por qué te fuiste con la policía esa noche?
Entonces, el acusado, vuelve a intentarlo en castellano.
-¿Con cuál policía: con la de menores o con la de mayores?
La juez concede la palabra a la abogada defensora, que permanece claramente contrariada.
-Yo, con su venia, señoría, casi pediría que se suspenda el juicio porque me parece que hay mucha inseguridad.
-A la vista de lo manifestado y teniendo en cuenta que la propia intérprete ha manifestado que no habla el dialecto del acusado, no nos oponemos a que se posponga el juicio – añade el fiscal.
El juicio de Babel fue suspendido y terminó pospuesto para el 10 de enero.
La nueva traductora, que aceptó ser intérprete en un juicio con la lengua árabe-marroquí, se ha negado a asistir a otros juicios de esa misma lengua. Asegura que la desconoce y que solicita la intervención de un traductor subcontratado para que haga el trabajo que ella no puede.
“Yo soy traductora de árabe clásico, no de marroquí”, explicó la trabajadora a este medio.
Los trabajadores de los tribunales están sorprendidos por la nueva situación creada en el departamento de traducción de los tribunales. “El 90% de los casos con los que trabajamos con intérpretes son de lengua marroquí”, explica una funcionaria.
La nueva trabajadora forma parte de la plantilla fija de traductores oficiales. Si se declara no apta para un juicio, la Comunidad de Madrid debe pagar un traductor de la empresa subcontratada Seprotec, que también se ha negado a enviar intérpretes árabes porque esa lengua debe ser cubierta por el personal de los juzgados.
«En todos los servicios públicos, se deben solicitar intérpretes de árabe dialectal (el único materno), ya que los ciudadanos que necesitan intérprete sólo entienden el árabe dialectal y no el clásico», explica Javier Nassih, traductor e intérprete oficial de árabe y francés.
Juicios sin garantías
El caso no es aislado. La falta de garantías en los juicios donde hay traductores e intérpretes sin titulación universitaria ni formación suficiente han dado lugar a situaciones rocambolescas en los tribunales.
Este diario ha presenciado algunos de estos juicios con traducciones con las que los jueces deciden sobre la libertad de las personas. “Ellos me vas a vender esto teléfonos a Lavapiés. Lo que gano es lo que me avisos”, declaró un traductor el 25 de abril de 2016 al que también acudió este diario.
La falta de garantías en una materia tan sensible como las sentencias judiciales ha levantado malestar entre el colectivo de trabajadores de la justicia. Un periodista de este diario se hizo pasar por un intérprete de árabe para ser contratado como traductor en los juzgados, a pesar de no entender ni una palabra de esa lengua. No pasó ninguna prueba y fue asignado para un juicio.
Hasta ahora ningún juez en activo ha querido tomar partido sobre un problema que concentra las quejas de los trabajadores en los juzgados. Mientras tanto, los juicios por falta de entendimiento del intérprete con los acusados continúan suspendiéndose cada semana. Una directiva europea exige a España tener un listado oficial con traductores cualificados y aptos para este tipo de trabajos. Pero el ministerio de Justicia ha reconocido que no ha desarrollado el listado. Asegura que no ha tenido tiempo.