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El talento joven utiliza la creatividad para resolver los desafíos de la transición energética

La transición energética se ha convertido en una prioridad global que exige respuestas urgentes y transformadoras. A menudo, grandes corporaciones y laboratorios son los impulsores de ideas innovadoras. Sin embargo, la creatividad y la audacia de la juventud también pueden liderar el camino hacia un futuro más sostenible. Así quedó demostrado en el Challenge Universitario de Fundación Repsol celebrado este año.

Más de 1.700 estudiantes de 83 universidades de toda España participaron en esta iniciativa, que sirvió como altavoz de jóvenes talentos en la búsqueda de soluciones para los retos derivados de la transición energética y también para facilitar su entrada al mercado laboral.

Entre los proyectos destacados, tres propuestas cautivaron al jurado tanto por su originalidad como por su impacto potencial: La Marloquina, unas marquesinas inteligentes que combaten la despoblación rural; Jardineras urbanas alimentadas por miniplanta de tratamiento de residuos; y Biotech UCM, una solución biotecnológica que convierte dióxido de carbono en azúcar. Cada uno de estos proyectos refleja el compromiso de una generación que entiende que el cambio empieza ahora.

Más de 1.700 estudiantes participaron en el Challenge Universitario de Fundación Repsol, desarrollando soluciones pioneras para la transición energética

La Marloquina: tecnología contra la despoblación

Gerardo Cambra y su equipo Los Amigos, llevaron a la gran final del challenge una idea nacida de su experiencia personal en la «España vaciada». El proyecto La Marloquina propone instalar marquesinas de autobús inteligentes en pueblos pequeños, ofreciendo servicios como venta de billetes y recogida de paquetes mediante lockers.

Este enfoque no solo facilita el día a día de los residentes, sino que también incentiva a las empresas de transporte a mantener rutas esenciales que, de otra manera, estarían destinadas a desaparecer.

«Este es un proyecto muy personal para mí», explica Gerardo Cambra, estudiante de Ingeniería en Diseño Industrial de la Universidad de Zaragoza. Gerardo nació y creció en Lucena de Jalón, un pequeño pueblo cercano a la capital aragonesa que, al igual que muchos otros de la zona, se enfrenta a la despoblación.

El impacto de La Marloquina trasciende la innovación tecnológica, ya que representa una respuesta directa a uno de los problemas más acuciantes del país: el éxodo rural. Este enfoque práctico y humanizado resalta el verdadero propósito del Challenge Universitario de Fundación Repsol, impulsar ideas que transformen la sociedad desde la base.

Jardineras urbanas alimentadas con residuos orgánicos

El equipo EcoFuturo, liderado por Gabriela Cevallos, presentó un proyecto que reimagina la relación entre las ciudades y sus residuos. Su propuesta consiste en jardineras urbanas que integran miniplantas para tratar desechos orgánicos, generando compost, gas metano y agua para riego. Estas jardineras están diseñadas para aprovechar los residuos del sector HORECA (hoteles, restaurantes y cafeterías), promoviendo así un modelo de economía circular.

«El camino se va a ir abriendo porque tenemos las capacidades, sabemos lo que queremos», asegura Gabriela cuando le preguntan por el futuro. La joven ecuatoriana, que llegó a España en 2022, destaca cómo el hackathon de Fundación Repsol le ayudó a canalizar junto a sus compañeras de equipo su amor por la naturaleza y el compromiso con el medioambiente en este proyecto galardonado.

Además de ser una solución sostenible, EcoFuturo demuestra cómo la creatividad puede integrarse en las ciudades para mejorar la calidad de vida de sus habitantes y mitigar el impacto ambiental.

Biotech UCM: cómo convertir el CO2 en azúcar

Simran Ramchandani y su equipo llevaron la biotecnología a nuevas fronteras con su proyecto Biotech UCM. La propuesta utiliza cianobacterias para absorber dióxido de carbono industrial y convertir ese residuo en sacarosa, un tipo de azúcar.

«Si se hicieran más eventos de este estilo participarían muchísimos jóvenes, y creo que saldrían adelante muchos proyectos que podrían cambiar el mundo», asegura Simran Ramchandani, estudiante del Máster en Biotecnología Industrial de la Universidad Complutense de Madrid. Su pasión por la ciencia y su experiencia como divulgadora en redes sociales le animaron a participar en el challenge, donde explica que también pudo desarrollar otras habilidades clave como el trabajo en equipo y la presentación de ideas.

Un trampolín para el talento joven

El Challenge Universitario de Fundación Repsol no es solo una competición, es una plataforma que impulsa el talento joven y fomenta soluciones innovadoras para responder a los distintos retos derivados de la transición energética. Los participantes, organizados en 342 equipos, se enfrentaron a cinco grandes retos: ciudades descarbonizadas, movilidad sostenible, economía circular, industria descarbonizada, y transición energética y sociedad.

Los ganadores, además de recibir un premio en metálico, acceden a programas de talento joven de Repsol para transformar sus ideas en realidades tangibles

Cada equipo ganador recibió 12.000 euros y la posibilidad de unirse a los programas de talento joven de Repsol, asegurando que sus ideas puedan desarrollarse e implementarse a gran escala. Proyectos como La Marloquina, las jardineras urbanas y Biotech UCM son un testimonio del potencial de las nuevas generaciones para enfrentar los desafíos del siglo XXI. De esta forma, el Challenge Universitario de Fundación Repsol deja una lección clara: cuando se invierte en el talento joven, el futuro puede llegar a ser aún más prometedor.