Los trabajadores de Cacaolat celebran aliviados el concurso de acreedores
Reclaman que la administración judicial asuma la dirección de la empresa, que consideran rentable
Los trabajadores de Cacaolat han recibido la presentación del concurso de acreedores de su empresa con una mezcla de indignación y alivio. “Para nosotros, dentro de lo malo es lo menos malo” explica a Economía Digital el presidente del comité de empresa y delegado de UGT, José Miguel Miguel.
A las puertas de la sede central de Cacaolat, en el barrio barcelonés del Poblenou, se concentraban este viernes un centenar de trabajadores, más interesados en comentar las posibilidades de que la decisión judicial sea favorable a la continuidad de la empresa que en gritar eslóganes.
Si en otras circunstancias para los trabajadores saber que se ha presentado un concurso voluntario de acreedores es una mala noticia, para los de Cacaolat ha supuesto un respiro. “Esperemos que la administración judicial sea rápida y quite el control de la empresa a la familia Ruiz Mateos” explicaban los operarios. Su convencimiento es que la empresa de batidos, de gran tradición en el mercado catalán, tiene futuro “con una administración ortodoxa” afirman los sindicalistas.
Los trabajadores de Cacaolat iniciaban precisamente este viernes sus movilizaciones después de que hace unos días participasen en una manifestación de todo el grupo Nueva Rumasa en Madrid.
«A Clesa o a Somosaguas»
Los operarios de Cacaolat no dudan ni por un momento de que la empresa es rentable . A su favor está la experiencia acumulada en los últimos 85 años y su arraigo en el mercado catalán. “El dinero que se ganaba aquí iba a Clesa, según nos dijeron” afirman en el comité de empresa. Otros operarios que asisten a la concentración apostillan: “o a Somosaguas” es decir, a la lujosa urbanización donde habitan los Ruíz Mateos.
La situación de los empleados la sintetiza José Miguel Miguel: “un 70% de los operarios tiene algún retraso salarial” los hay correspondientes a la diferencia entre el IPC del convenio y el real, tampoco han recibido la paga extra de febrero y les deben una parte del salario del mes pasado. A pesar de ello en la plantilla catalana de la empresa hay esperanza, porqué “hace unos meses convirtieron la empresa en Sociedad Anónima con lo que tuvieron que dejar la empresa limpia de deudas, afirman los trabajadores”.
La unión en la empresa es grande y abarca no solo a los empleados si no también a los directivos. “Ellos son los que han mantenido la empresa funcionando” nos asegura Miguel. Tal es la complicidad que la solicitud de concurso de acreedores la achacan los empleados al propio director de Cacaolat, aunque ha sido Nueva Rumasa la que ha solicitado voluntariamente el concurso.
Sea como sea la empresa tiene problemas para funcionar. Faltan algunas materias primas que aportaba Clesa, como por ejemplo yogures y se deberían solucionar con urgencia los pagos a los proveedores para que no falte leche para los batidos. Por todo ello los empleados urgen a la administración judicial a que designe directivos distintos a los Ruíz Mateos.
Las movilizaciones de los trabajadores de Cacaolat no cesan a pesar de la decisión judicial. El próximo día 24 se ha convocado una concentración de todos los empleados en la Plaça de Sant Jaume de Barcelona para reclamar que las administraciones y los partidos políticos tomen cartas en el asunto e impidan que la empresa cierre.