Los Suqué dejan de perder dinero con Cumar
Cultius Marins del Delta de l'Ebre, que pertenece al Grup Peralada, abandona los números rojos en 2015 a pesar de facturar un 6,8% menos
Cultius Marins del Delta de l’Ebre (Cumar) es una de las sociedades del Grup Peralada que no está relacionada ni con el juego ni con la viña. A pesar de que no es de las empresas más grandes del grupo y no va a hacer millonaria a la familia Suqué, al menos ha dejado de perder dinero. Cumar abandonó los números rojos en 2015, con un beneficio de 44.000 euros, cifra que contrasta con los 285.000 euros que perdió en 2014.
Cumar, que tiene su sede en el municipio tarraconense de Deltebre, se dedica al cultivo y venta de ostras, almejas y mejillones. Pese a la mejora de los resultados, su facturación cayó hasta los 4,8 millones de euros, un 6,8% por debajo de los 5,1 millones ingresados en 2014.
La empresa emplea a una quincena de personas y, de hecho, en 2015 sus gastos de personal se incrementaron. Con más dinero para sueldos y menor facturación, la mejora del resultado se sustentó en el ahorro de costes. Cumar redujo sus gastos de explotación, sus gastos financieros y sus aprovisionamientos.
Cinco años irregulares
Javier Suqué Mateu preside la empresa desde junio del año pasado, cuando la junta decidió la salida de Joan Antoni Sánchez Carreté. El ex asesor de Pujol fue el presidente de Cumar durante cinco años, en los cuales la empresa tuvo que hacer varias reducciones de capital para compensar los números rojos.
El peor de estos ejercicios fue justamente 2014, el último cerrado por Sánchez Carreté. A mediados de 2015, los Suqué decidieron coger personalmente las riendas de la empresa del Delta del Ebro.
Sánchez Carreté fue asesor fiscal de los Pujol y, de hecho, fue citado a declarar en el Parlament en la comisión sobre la herencia del que fuera presidente de la Generalitat durante 23 años. Se negó a declarar. Además, estuvo implicado en el caso Hisenda, del que fue indultado en 2009 por el Consejo de Ministros socialista.
Un año después del relevo generacional
La mayor parte del negocio del grupo Peralada son los casinos y hoteles y los vinos y cavas, cuya dirección se reparten los dos hermanos que el pasado verano cogieron el relevo de Artur Suqué.
A sus 85 años, el patriarca de la familia decidió ceder el testigo, como avanzó Economía Digital, a sus hijos: Javier Suqué cogió la dirección de los negocios vitivinícolas y Miguel la de los casinos y hoteles. Isabel preside la inmobiliaria de la familia.