Los robos de agua hacen saltar las alarmas del sector
Los fraudes detectados se triplican en Madrid en apenas un año. Los directivos del Canal Isabel II reconocen que el robo es “bastante fácil”
El aumento de los robos de agua está generando gran preocupación en las empresas distribuidoras. El fraude, extendido en países latinoamericanos, está ganando terreno en España debido a la dificultad para detectar las conexiones ilegales. El mayor caso de robo de agua, llevado a cabo presuntamente en el parque acuático Aquópolis en Villanueva de la Cañada, con una docena de piscinas, tardó cinco años en descubrirse.
La empresa, propiedad de Parques Reunidos, llenó sus instalaciones y pozos con agua que no pagaba, según la investigación de la Guardia Civil. El director, Mariano Valverde, ha sido imputado por el juzgado número 6 de Móstoles por fraude un lustro después de que comenzara el trasvase ilegal, según la investigación.
El juzgado, que ha realizado varios interrogatorios las últimas semanas, investiga ahora si otro trabajador de la empresa colaboró con la sustracción de unos 400.000 metros cúbicos de agua, según ha podido saber Economía Digital. Aquópolis mantiene a Valverde como director del parque, a pesar de la imputación, ha confirmado Parques Reunidos. La empresa, que ha negado todas las acusaciones, obtuvo un beneficio antes de impuesto de 175 millones de euros el año pasado, un 33% más que el 2011.
Hasta un kilómetro de tubería
El Canal Isabel II, que abastece Madrid, ha creado un departamento contra el fraude para intentar controlar los crecientes robos. “Hacer una conexión ilegal es bastante fácil. Se han descubierto tuberías ilegales que desvían agua de hasta un kilómetro de largo”, explica un alto directivo de la empresa que ha pedido mantenerse en el anonimato.
La empresa no ha querido desvelar la magnitud del fraude a la que se ve sometida, pero fuentes del Canal Isabel II aseguran que son “cifras muy elevadas”. “La política del Canal es no desvelar las cantidades defraudadas para que los suscriptores no tengan la percepción de que son unos tontos por pagarla”, aseguran esas mismas fuentes.
Constructores y agricultores
Las conexiones ilegales se extienden por toda la red. Desde los empalmes de las casas y pisos de particulares hasta los constructores y agricultores. “Las conexiones, algunas veces chapuzas, dañan la tubería general y generan balsas de agua externas y subterráneas. También hacen que la presión de la red baje y afectan el servicio”, explican desde el Seprona, la unidad de delitos medioambientales de la Guardia Civil.
Conexión ilegal en una empresa de Madrid.
En 2012, la Guardia Civil detectó 68 casos en Madrid por el robo de 286.000 metros cúbicos, lo que supuso una pérdida de casi medio millón de euros. Hubo 52 imputados. Pero sólo este año la cifra se ha triplicado: se han descubierto 680.000 metros cúbicos defraudados, incluyendo el caso de Aquópolis.
800 casos en Barcelona
La empresa distribuidora de agua en Barcelona, Agbar, asegura que desde 2009 detectan unos 80 fraudes al año, la mayoría de particulares, aunque no aclaran las cantidades defraudadas. Agbar, que mantiene una constante monitorización de la red para detectar fugas, asegura que siempre intenta cobrar antes de recurrir a la vía judicial.
Los fraudes son comunes en casas okupas, pisos sobreocupados y, especialmente, en barrios con importantes problemáticas sociales donde también es común el robo de electricidad. Las conexiones ilegales suelen hacerse de noche para que los vecinos no noten la falta de presión, pero no todos se denuncian.