Los restaurantes Foster’s Hollywood alzan armas contra los amos de la marca
Uno de cada cinco locales acusa a la compañÃa de una gestión desleal que obtiene lucro a costa de los franquiciados
Los restaurantes Foster’s Hollywood se han alzado contra la marca por la gestión de los últimos años que, según los empresarios rebeldes, está conduciendo a los locales al abismo de los números rojos. Unos 30 inversores que han adquirido la conocida franquicia acusan a la compañía de emprender una ampliación descontrolada durante los últimos años que ha promovido la apertura de nuevos locales que terminan por robar los clientes de los viejos.
Los franquiciados han conformado una asociación para exigir mejores condiciones para los dueños de los locales que han invertido, en promedio, 600.000 euros por utilizar la marca Foster’s Hollywood.
“El esquema de negocio premia a la empresa y castiga al dueño de la franquicia. Los propietarios cobran el porcentaje de su canon sobre la facturación y no sobre los beneficios. Les interesa que vendamos más pero no les importa si perdemos dinero, por eso lanzan promociones del tipo 2×1, Cincuentazo o Cheque Gorrón (con 50% de descuento) que hacen que la empresa ingrese más a costa de nuestra rentabilidad”, explica un franquiciado que pidió mantener su nombre en el anonimato por temor a tener represalias de la empresa.
Foster’s Hollywood fue fundado en 1971 en Madrid por un grupo de californianos relacionados con el mundo del cine y fue adquirido en 1993 por el grupo Zena.
Restaurantes caníbales
Zena, la empresa que tiene la propiedad de Foster’s Hollywood y que maneja en España franquicias como Burger King o Domino’s Pizza, oficialmente no ha querido comentar el conflicto. La compañía está participada por el fondo inglés de capital de riesgo CVC y ha emprendido un ambicioso plan de expansión. En 2004, la marca de origen madrileño contaba con 60 restaurantes en España. Hoy, son casi 200, de los cuales 130 son gestionados por franquiciados. De ellos, una treintena se ha declarado en rebeldía.
“Me abrieron un restaurante muy cerca, sin ni siquiera consultarme. Las ventas me han bajado más del 30%. Hemos amenazado con no aceptar las promociones porque nos exigen contratar más gente, comprar más comida y ganar menos. Uno de mis locales pierde dinero y el otro obtiene un beneficio mínimo”, explica otro franquiciado, que también ha pedido mantener su nombre en el anonimato por temor a acciones de la compañía.
Números dudosos
La franquicia ofrece una rentabilidad que ronda el 15%, pero los dueños de los locales han encargado un estudio independiente que demuestra que el porcentaje apenas alcanza, en promedio, un 3%. Los datos arrojados por el estudio pagado entre los 30 críticos también demuestran –según los franquiciados– que el plan de negocios está basado en cifras desfasadas y que los costes de electricidad, agua, salarios y previsión de facturación no están actualizados.
Los restaurantes también están obligados a comprar a la marca algunos productos como los postres, las salsas y el costillar y no pueden optar por otros proveedores más baratos: deben adquirir a las empresas que les exige la casa matriz, tal como detalla el contrato.
Zena ha comunicado a los franquiciados rebeldes que no los reconoce como asociación y ha invitado a sus miembros a tratar los posibles problemas de forma individual. El grupo intentará llegar a un acuerdo con la marca pero no descarta, como último recurso, acudir a los tribunales.
Más casos
La Asociación para el Desarrollo y Defensa del Franquiciado, Aedef, asegura que la falta de legislación en los negocios de franquicias en España ha hecho que muchas marcas abusen de los franquiciados después de que han desembolsado la inversión y los cánones.
“Muchos pensaron que estarían asesorados y protegidos por las empresas, pero luego se encuentran solos y, a veces, sin experiencia. Las asociaciones de afectados por las franquicias comenzaron en 1996 con MRW y desde entonces no han dejado de surgir nuevas”, explica Nerea Arriola, gerente de Adef.