Los puntos débiles de la competitividad en Cataluña: la energía y la burocracia
Las empresas catalanas valoran la calidad de los proveedores de la zona así como la red de infraestructuras
¿Qué factores externos lastran la competitividad y preocupan a los empresarios catalanes? Es la pregunta que se ha hecho la Cambra de Comerç de Barcelona que ha encuestado a 3.182 compañías para que expliquen en primera persona los obstáculos que se encuentran en su día a día. Y si hay algo que recibe la peor puntuación es el suministro y precio de la energía así como el entorno burocrático al que tiene que hacer frente el tejido empresarial.
Tanto uno como otro factor han recibido menos de un 2,5 de puntación en una escala del 1 al 5. Las compañías dedicadas al sector de la industria y el comercio son las que han valorado peor el factor energía mientras que las dedicadas a la construcción, la hostelería y el comercio otorgan una menor puntuación a las trabas administrativas. Con todo, las empresas de menor tamaño son las más críticas con estos obstáculos frente a las de mayor tamaño, que ven con peores ojos la regulación ambiental.
Pros y contras
Aunque no es el único marco legal criticado. El informe de la Cambra también refleja que la regulación fiscal y del mercado laboral no terminan de convencer a los empresarios catalanes, que apenas les dan un aprobado, pero por los pelos.
Pero no todo son aspectos negativos. Los empresarios también han sabido valorar la calidad y cantidad de los proveedores de la zona así como la red de infraestructuras y la calidad de los trabajadores.
Factores internos
En cuanto a los factores internos, los empresarios se sienten más orgullosos de la organización y dirección de las compañías así como de los recursos financieros y tecnológicos de los que disponen o de la innovación empresarial, que han obtenido las mejores puntaciones.
La internacionalización sigue siendo una asignatura pendiente para el sector servicios y el de la construcción pese al ser una palanca fundamental con la que sortear la crisis en el mercado interno. Aunque no lo ven del mismo modo las compañías que se dedican a la industria, que sí se muestran satisfechas con su grado de expansión internacional.