Los problemas financieros obligarán a Koplowitz a perder el control de FCC
Es el precio de la renovación de los créditos de 900 millones contraídos por sus sociedades personales
El futuro financiero del Grupo FCC cada vez resulta más incierto. Se mire por donde se mire, todo apunta a que, pese a las numantinas reticencias de Esther Koplowitz a ceder el control, no le va quedar otra que diluir su participación a la mitad, en torno al 25%.
Todos los frentes abiertos van esa dirección. Básicamente porque, como viene sucediendo desde hace casi un año, la capacidad de la principal accionista de seguir manteniendo esa posición de predominio accionarial sobre el grupo sigue puesto en cuarentena al no cerrar definitivamente un acuerdo para refinanciar las deudas que lastran a B-1998 y Azate, las dos sociedades instrumentales a través de las que controla el 50,1% de FCC.
De su resolución pende el devenir de la multinacional constructora y de servicios, y también el del Grupo Cementos Portland Valderrivas (CPV), una de sus principales filiales.
Nuevo incumplimiento
Como se preveía, en julio pasado, Bankia y BBVA –las dos principales entidades financieras acreedoras que se reparten, a partes iguales, los algo más de 900 millones de deuda que arrastran esas sociedades patrimoniales– accedieron a una nueva prórroga por la deuda vencida. La que finalizó pasado lunes 15 de septiembre sin que se haya alcanzado un acuerdo definitivo.
Da la sensación de que las entidades financieras no tienen la menor intención de adentrarse en la ejecución de ningún tipo de garantías, pero el resto de los actores –que no son pocos– no parecen dispuestos a mantenerse impávidos ante esta situación de manifiesta debilidad demostrada por Esther Koplowitz, de no poder hacer frente a los compromisos. Entre ellos, los dueños de Larrainzar XXI, propietaria de un 5% de B-1998, que pretenden que la máxima accionista les compre ese porcentaje, algo a lo que se ha negado porque no tiene con qué.
Novación tras novación
A partir de aquí, el esquema con el que se trabaja es de firmar una nueva novación del préstamo de las sociedades instrumentales hasta 2018 para, inmediatamente, poner en marcha la operación de ampliación de capital ya diseñada.
Esos 1.350 millones de euros correspondientes al tramo B de la refinanciación de 4.510 millones cerrada el pasado mes de marzo por el que FCC asume un inasumible interés medio del 13%.
Del 50% al 25% en FCC
Ampliación que culminaría con la reducción de la participación de la familia Koplowitz a la mitad que actualmente posee, en torno al 25%, debido a que no podrán aportar los 675 millones de euros necesarios para suscribir lo que les correspondería para seguir manteniendo el actual 50% de la matriz.
A cambio de perder el control y dilución de su participación de FCC, con los derechos de suscripción de la ampliación Esther Koplowitz obtendría liquidez para pagar los intereses del préstamo que arrastran sus sociedades instrumentales.
Portland, el otro fleco
Cerrado el fleco de FCC, quedaría abierto el de la filial Cementos Portland Valderrivas (CPV), el grupo presidido por José Luis Sáenz de Miera que la semana pasada respondió a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), con casi dos meses de retraso, al requerimiento acerca de su actual situación financiera.
Y lo hace, dejando entrever que sí, que en junio no se pudo afrontar un pago de 50 millones de euros correspondiente a un pago parcial de sus préstamos sindicado, pero sin aludir al cambio significativo acaecido entre sus acreedores, al haber adquirido los fondos Blackstone y Apollo la mitad de su deuda. Más de 500 millones de euros, que les convierte en los principales acreedores de la cementera.
Obligaciones incumplidas
El impago de los 50 millones vencidos el 30 de junio no es el primer incumplimiento del calendario inicial de amortizaciones de CPV. FCC, la matriz, ya ha incumplido parte de sus obligaciones.
Inicialmente, el grupo presidido por Esther Alcocer Koplowitz, debía aportar 200 millones de euros caso de que el resultado bruto de explotación consolidado (ebitda) de CPV, entre el 30 de junio de 2013 y el 30 de junio de 2014, fuera inferior a 162 millones de euros. Como no iba a ser posible, el pasado marzo, dentro del acuerdo refinanciación de su deuda, FCC alcanzó un acuerdo de aplazamiento de esta obligación.