Los millones que desolaron el círculo íntimo de Javier Sánchez Vicario
Ha sido el empresario más brillante de la familia pero cuestionado por Arantxa y su ex socio y ex mejor amigo
El huracán que arrasó con el buen ambiente familiar de los Sánchez Vicario llevaba su nombre. Javier, el menor de los varones y el menos exitoso de los tres hermanos tenistas, ha sido el que más ha brillado en los negocios. Pero detrás del éxito empresarial de su empresa Greenset, dedicada a la instalación de césped artificial para grandes competiciones internacionales, ha crecido la sombra de su proceder empresarial.
Su hermana Arantxa, que había dejado caer algunas insinuaciones contra Javier, guarda bajo la mesa una demanda que lo acusaría de lleno, en caso de que sus padres no entreguen los 5 millones de euros que exige la tenista para sellar la paz. Según la querella preparada por el abogado de Arantxa, Juan José Burgos, las empresas controladas por Javier recibieron numerosas transferencias desde las cuentas de Arantxa sin su consentimiento, unos movimientos que –según la tenista– fueron avalados por sus padre, que tenía todos los poderes para administrar su fortuna hasta su matrimonio con Josep Santacana.
Las transferencias
En uno de los interrogatorios judiciales contra su padre, Arantxa había declarado que no se explicaba cómo su hermano Javier tiene más dinero que ella si en su carrera deportiva ganó mucho menos. Y ahora, la ex campeona está dispuesta a levantar el dedo acusador contra él basándose en, al menos, ocho transferencias que –asegura– se ordenaron desde sus cuentas: la primera de 186.313 euros procedentes de su cuenta de Andorra y la segunda de 45.944 para la compra de un coche.
Según Arantxa, el 11 de marzo de 2008, Javier obtuvo otros 158.750 euros y posteriormente 84.893 euros para las obras de un chalet en Andorra. Jasa Holding, empresa bajo su control, también recibió 189.253 euros y Totem Trading, 189.253 euros. Fleming Investments, fundada en 1995 para sus inversiones inmobiliarias, también obtuvo dinero procedente de las cuentas de Arantxa a través de la empresa Totem. En total, Javier se hizo con 900.000 euros del dinero de su hermana, según Arantxa.
“Javier no le teme a una posible demanda. Estamos seguros que no prosperará. Le teme más al daño que puede sufrir en términos de imagen”, explica su abogado Javier Val, que también tiene como clientes a Jorge Javier Vázquez, Belén Esteban y Javier Sardà, entre otros personajes de la prensa del corazón.
La amistad truncada
Pero las relaciones con Arantxa no han sido las únicas que se descompuesto por el dinero. Su compañero de juego en dobles, ex socio y ex mejor amigo, José Antonio Conde, rompió toda relación con Javier, que fue socio de la empresa Greenset. Conde finalmente terminó por retirarse de la compañía tras haber recibido un “un trato descortés de Javier”, según relatan fuentes cercanas al empresario.
Ambos excompañeros de pistas tenían un 50% en la empresa y no contaban con la figura de un tercero que desempatara en caso de desavenencias. “Sí, lo sabemos, cualquier asesor desaconsejaría esa estructura accionarial. Pero es que nosotros, ante todo, somos amigos. En la pista se forjan grandes amistades”, declaraban los empresarios al Periódico de Extremadura el 25 de mayo de 2008.
“No quiero hablar del tema. Es algo que me hace mucho daño. Hemos terminado muy mal a pesar de una amistad muy profunda”, explica Conde.
Javier también ha tenido que enfrentarse hace algunos meses a una denuncia de una empresa competidora, Impersport, que llevó a los tribunales a Greenset por la adjudicación del césped de la Copa Davis con un procedimiento irregular, según Impersport. Javier ya recibió el aval de el fiscal y está convencido que, cuando amainen las aguas, también saldrá airoso del resto de pleitos.