Los Miarnau compran tiempo a costa de hipotecar Comsa
Los bancos tomarán una participación de la constructora si incumple los plazos del crédito, según el acuerdo de refinanciación que se firmará antes de fin de año
Los Miarnau y la banca acreedora se han fijado este fin de año para dejar cerrada la refinanciación de la deuda de Comsa, de cerca de 800 millones de euros. Probablemente se firme este mismo viernes, según fuentes financieras, aunque la aprobación del acuerdo por parte de algún banco podría demorarlo una semana. La compañía ha declinado hacer declaraciones.
Lo que ya está claro es que los bancos tomarán posiciones para quedarse con la constructora de los Miarnau (70%) y los Sumarroca (30%) si vuelven a incumplir con el retorno de la deuda. El acuerdo pivota sobre tres bases: la refinanciación de una parte, desinversiones y un préstamo participativo.
El pool de bancos, formado principalmente por Santander, Caixabank, BBVA, Sabadell y Popular, refinanciará 200 millones de euros de la deuda de Comsa hasta 2021. Pero además, le concederá un préstamo participativo de unos 300 millones más, con vencimiento también en 2021.
La particularidad del préstamo participativo es que es convertible en acciones, por lo que si se incumple, las entidades pasarán automáticamente a tener una participación significativa en la compañía. De esta manera, los bancos se cubren las espaldas por si la constructora no paga. En ese caso, tomarán el control y podrán decidir directamente las desinversiones, lo que les permitirá recuperar el préstamo.
Más desinversiones
Las desinversiones son lo que más interesa a las entidades, ya que el negocio de obra pública no vive precisamente su mejor momento. El acuerdo incluye ventas por valor de unos 300 millones más, lo que culminaría el acuerdo de refinanciación de 810 millones.
En realidad, las ventas pendientes ascienden a 200 millones, ya que a los 300 exigidos habría que descontar los 100 millones de la venta de Aritex. Aunque la operación se cerró a principios de año, el dinero está a punto de llegar e iría directamente a amortizar deuda.
Como explicó Economía Digital, los bancos han exigido a Comsa que venda todo el negocio que no forma parte de su core business, como es el caso de Aritex, CLD y las concesiones del metro de Madrid y Barcelona, vendidas entre 2015 y 2016. Lo que le queda es parte del negocio de medio ambiente, las renovables y, lo más apetecible, las concesiones.
Las concesiones, con el cartel de ‘se vende’
Comsa mantiene buena parte de las concesiones, y suponen su negocio más rentable. La compañía cuenta con varias concesiones ferroviarias: las del Trambaix y el Trambesós, los tranvías de Barcelona, así como el tranvía de Murcia, tramos de la alta velocidad y participaciones en metros como el de Málaga.
En autopistas, participa en Cedinsa junto con FCC, Copisa y Copcisa. Esta compañía gestiona cuatro autovías en Cataluña, una de las cuales, la C17, ha levantado el interés de la Generalitat, que se plantea rescatarla por 80 millones de euros.
Todavía en el capítulo de concesiones, Comsa gestiona aparcamientos en Cataluña, Asturias, Euskadi y Galicia, y dos juzgados y un centro penitenciario catalanes. La venta podría hacerse conjunta, por bloques o por activos, en función de las ofertas.
Satisfacción de los bancos
Fuentes financieras aseguraron que los bancos están satisfechos con el acuerdo alcanzado: creen que es bueno para ambas partes y confían en la capacidad de Comsa para cumplir con las condiciones y crecer en los próximos años. Los Miarnau, por su parte, rebajarán los costes de la deuda y tendrán cinco años más para reflotar la constructora.
La compañía que preside Jordi Miarnau facturó 1.131 millones en 2015, un 8,6% menos que en 2014. A pesar de este descenso de más de 100 millones, consiguió reducir en un 98% sus números rojos, pasando de casi 30 millones de pérdidas a sólo 591.000 euros.