Los mayores costes impactan en las marcas blancas: protagonizan las subidas de precio
Las distribuidoras incrementan el valor de sus mercancÃas un 10% de media, un punto porcentual por encima de las marcas comerciales
Cuando más bajo se vende, más aprietan los costes en un contexto inflacionista. Las marcas del distribuidor (MDD), o más conocidas como marcas blancas, han subido sus precios en porcentajes más altos que los grandes fabricantes en los últimos meses por su poco margen de maniobra a la hora de ajustar los costes de producción. Asà mismo, desde el mes de abril las MDD han presentado incrementos de precios un punto porcentual por encima de las principales marcas, según datos de la consultora Kantar.
En los últimos años, la situación siempre ha sido al revés: la fluctuación de los precios de las marcas de fabricante estaba alrededor de un punto porcentual por encima de las distribuidoras. En ambos casos, la inflación energética empezó a trasladarse a sus precios en otoño de 2021 y desde entonces continuó subiendo de forma casi paralela.
Esta tendencia se rompió a principios de 2022 cuando los precios de las distribuidoras empezaron a crecer con más rapidez que los de los fabricantes hasta que en abril, cuando ambas vendÃan un 8% más caro que en 2021, sobrepasó su crecimiento. En mayo, los precios de las distribuidoras se situaban casi un 10% por encima del año anterior, mientras que las grandes marcas estabilizaron sus incrementos ligeramente por debajo del 9%, según estos datos. Ese mes el IPC interanual se situaba en el 8,7%.
Aunque cada distribuidora tiene su propia polÃtica respecto a sus productos, la mayorÃa de marcas blancas tienen precios más bajos que los de fabricante porque su objetivo es vender por el menor precio posible sin tener perdidas y asà fidelizar clientes. Esto las hace especialmente vulnerables a las subidas de costes. Las cifras de Kantar reflejan el impacto más inmediato de la guerra de Ucrania que, sumado a las huelgas de transportistas en primavera, redujo la oferta de materias primas, lo que incrementó los costes de producción, un factor al cual las distribuidoras suelen ser más sensibles, según fuentes del sector.
Por ejemplo, una MDD producida en España suele ser más dependiente de determinadas exportaciones y del precio de las materias primas. Mientras tanto, una multinacional puede tener plantas por todo el mundo, lo que le hace menos dependiente del transporte internacional de estas mercancÃas y le permite reajustar sus costes. En este sentido, hay que tener en cuenta que no todos los productos de la cesta de la compra se ven afectados por la inflación de la misma manera: los más afectados son los que tienen cereales como base, dado que Ucrania es uno de los principales productores mundiales.
Aunque suban más, no implica que ahora las macas blancas sean más caras que las marcas de los fabricantes, ya que proceden de puntos de partida diferentes. Por ejemplo, aplicar una subida del 10% sobre un producto que vale 1,10 euros sigue dando como resultado un precio más bajo que subir un 8% una mercancÃa de 1,40. El primero pasará a tener un importe de 1,21 euros, mientras que el segundo llegará a los 1,51.
Más cuota de mercado
En este sentido, la inflación está trayendo buenas nuevas a las distribuidoras. Sus precios por lo general más bajos en un contexto inflacionista, sumado a su más amplia gama de productos, les ha permitido incrementar su cuota de mercado en los últimos meses. En este sentido, el último barómetro de Aecoc, una de las principales patronales de la distribución, expone que el 65% de los consumidores han prestado más atención a los precios y a las promociones en el último año.
A todo esto, hay que tener en cuenta la apuesta de cada cadena sobre su marca de distribuidor. Mientras que algunos supermercados quieren ser conocidos por sus bajos precios o por su relación calidad-precio, otros destinan sus marcas a gamas premium, lo que implica diferencias en la gestión de los precios.