Los Grifols se endeudarán para aliviar las cuentas de la farmacéutica
La patrimonial de los Grífols, Scranton Enterprises, negocia un préstamo de 300 millones después de comprar 59 centros a la farmacéutica familiar
La familia Grifols pide 300 millones a la banca tras comprar 59 centros de extracción de plasma a la farmacéutica familiar. La patrimonial de la saga catalana, Scranton Enterprises, está en conversaciones con las entidades con tal de lograr un préstamo que le sirva para financiar la adquisición y que así no pasen a engordar la ya abultada deuda de la compañía cotizada.
La operación serviría para estructurar la compra de los centros de Biotest y Haema por 220 millones de euros y 286 millones de dólares –252 millones de euros al cambio actual— inmediatamente después de que la farmacéutica Grifols los adquiriera en 2018.
A cambio la multinacional mantiene una opción de compra y firmó un contrato de suministro de plasma por 30 años, según adelantó Expansión. Además, la multinacional logra que los ratios de deuda, ya abultados, no se disparen.
La farmacéutica familiar cerró el tercer trimestre de 2018 con una deuda que alcanzaba los 5.781 millones de euros, más que los 5.560 millones en los que terminó el primer semestre o los 5.244 millones del pasado mes de septiembre.
De este modo, el ratio con el Ebitda –una métrica para medir la salud financiera de una empresa– es ya de 4.58 veces frente a las 3,98 veces en las que se situaba en el mismo momento del año pasado o las 3,55 veces de 2016. «La gestión del endeudamiento es una prioridad para la compañía”, explican en la empresa siempre que se les pregunta. Para disipar dudas lucen líneas de crédito no utilizadas por valor de 400 millones y una liquidez que cifran en 1.000 millones.
Grifols ganó 468,3 millones de euros hasta el pasado mes de septiembre, una subida del 8,5% respecto al mismo periodo del año anterior que se produjo con unos ingresos prácticamente idénticos: 3.263,9 millones, el 0,4% más que en los nueve meses comparables.
El exceso de plasma de Grifols
El banco de inversión alemán Berenberg advirtió a la multinacional presidida por Víctor Grifols del exceso de plasma con el que contaba. “Grifols está bien posicionada para beneficiarse del fuerte crecimiento de los hemoderivados. Sin embargo, sin un crecimiento proporcional en otras proteínas, cada litro adicional de plasma procesado pone sus márgenes bajo mayor presión”, avisó la entidad.
El informe de la firma reconocía que esperaba “un fuerte crecimiento de los ingresos del cuarto trimestre”. Una nota positiva que contrasta con “la dilución de las adquisiciones de Haema y Biotest, una adversa mezclar de productos, el aumento de la inversión en investigación y la debilidad en el negocio de diagnóstico”.
El incremento del número de centros se disparó a partir de 2017, cuando incorporó 19 locales de captación de plasma. El año pasado, la velocidad aumentó, en el primer trimestre sumó 35 puestos en Europa –los primeros de su red– al comprar la alemana Haema por 220 millones de euros.
No fue la única operación corporativa de la empresa de la familia Grifols. En el tercer trimestre la adquisición de Biotest por 244 millones facilitó la incorporación de 24 centros, todos en Estados Unidos.
Y para 2019, las líneas maestras ya están previstas. Salvo sorpresa de última hora ejecutará la compra del 51% del Interstate Blood Bank, por lo que otros 26 centros pasarán a llevar su logo.