Los Fernández de Sousa, una dinastía rota
Los interrogatorios del juez Ruz desvelan que el presidente de Zeltia no es el único hermano del que el ex responsable de Pescanova se alejó por los negocios
No ha sido una semana fácil para Manuel Fernández de Sousa, ex presidente de Pescanova y el principal imputado en la causa que instruye en la Audiencia Nacional el juez Ruz que investiga las supuestas irregularidades en el camino que llevó a la pesquera a la quiebra técnica. El empresario declaró ante el magistrado durante más de siete horas, en las que acusó a la banca de ser la conocedora de toda la situación de crisis de la multinacional.
Pero, las declaraciones de los imputados, que se sucedieron a lo largo de cinco días en la Audiencia Nacional, también han sido duras para Sousa por otros motivos. Los interrogatorios sacaron a la superficie las diferencias que los negocios fueron abriendo entre el empresario y el resto de su familia, así como sus otrora colaboradores más cercanos.
Hermanos “distanciados”
Su hermano menor, Fernando Fernández de Sousa, también imputado, aseguró durante su declaración, según uno de los abogados de la acusación, Joaquín Yvancos, que, a pesar de compartir mesa con Manuel Fernández en el consejo de administración de Pescanova hacía una década que “estaban distanciados”. El motivo, argumentó, fue el incumplimiento de un acuerdo de compra de acciones al que había llegado con su hermano en una de las principales empresas en las que participa, Sodeco.
No es el único hermano con el que el empresario tiene una relación complicada. Sonadas son sus diferencias con José María Fernández de Sousa, el presidente de la farmacéutica Zeltia, que parece ir viento en popa gracias a las investigaciones de su filial PharmaMar. La historia de Pescanova ha ido siempre pareja a la de la familia Fernández de Sousa y se ha convertido en la crónica de una dinastía rota, con el paso de los años.
La ruptura en los años noventa
La separación de los negocios de los hermanos Fernández de Sousa tuvo lugar en los 90. De acuerdo con el libro Señores de Galicia, editado por La Esfera de los Libros, y cuyo autor es el periodista Julián Rodríguez, Pescanova dejó de participar en la firma de José María (contaba con el 7,5%) y la empresa química se desprendió del 3,9% que tenía de la pesquera.
En el 96, Fernando, el menor de los hermanos presentes en el capital de Pescanova, decidió vender un paquete equivalente al 3,2% del capital. Se quedó con un testimonial 0,17%. Su escaso interés por el negocio familiar y la lejanía de Vigo (vivía a caballo entre Miami y Baleares) lo apartaron.
Consejos de administración
Un año antes, un consejo de administración acordó excluir al presidente de Zeltia, del máximo órgano de dirección de Pescanova, ante el asombro colectivo. En poco tiempo, las desavenencias habían quedado al descubierto.
En 1998, José María devolvió el golpe. La junta de accionistas de Pescanova acordaba que Manuel Fernández de Sousa causaba baja en el consejo de administración de la farmacéutica. Adujeron motivos estatutarios, debido a la falta de asistencia a un número determinado de reuniones. Fue el fin de un capítulo de desencuentros que tuvieron como origen los negocios. Ya en 1993, Fernando y José María habían trasladado su 12% del capital de la pesquera al semiparaíso fiscal de Madeira, en Portugal. La operación estuvo motivada de forma oficial por cuestiones tributarias. Sin embargo, las diferencias de carácter y de visión, fueron las que sobrevolaron la operación, según quienes los conocen.