Los farmacéuticos catalanes se pasarán en bloque a La Caixa
Los boticarios de Barcelona votarán cambiar de banco para ampliar las actuales lĂneas de crĂ©dito del BBVA por la acumulaciĂłn de impagos de la Generalitat
Las farmacias catalanas necesitan sin demora recursos financieros. Los 227 millones de deuda que arrastra la Generalitat les han ahogado y las perspectivas de cobro y puesta al día son poco optimistas. Ante este escenario, los boticarios necesitan más financiación y Caixabank está dispuesta a ofrecérsela. Los farmacéuticos se pasarán en bloque a la entidad presidida por Isidro Fainé para ampliar las líneas de crédito ya vigentes con BBVA.
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La próxima semana, los farmacéuticos de Barcelona deberán votar en bloque el cambio de entidad, dado que Caixabank –de la que ya son clientes casi el 60% de ellos– ha presentado una oferta para todo el colectivo. Tarragona ya ha dado el visto bueno a dejar la tramitación del pago de las recetas de CatSalut en manos del banco catalán.
Intereses a cargo del colegio
Para que la participación sea lo más alta posible, el Col·legi de Farmacèutics provincial habilitará un espacio en internet donde se recoja la opinión de los profesionales que no puedan desplazarse hasta la sede de la organización ese día. La fecha exacta de la consulta aún no se ha fijado.
Los intereses derivados de la nueva financiación correrán a cargo del colegio, informan fuentes de la organización. Los boticarios no tendrán que asumir el coste económico de una operación impuesta por los retrasos en los pagos de CatSalut, que superan los 55 días.
Gestor histórico
La gestión del cobro de las recetas estaba en manos del BBVA desde principios de los 80. Fue uno de los últimos negocios que asumió Banca Catalana antes de quebrar definitivamente e integrarse en el banco capitaneado ahora por Francisco González.
La principal diferencia entre la situación de ese momento y la de ahora es que las farmacias se habían autofinanciado y no habían requerido crédito de forma sistemática hasta los recortes aplicados por el Gobierno de Artur Mas. La falta de recursos de CatSalut impide cumplir con el concierto económico pactado con los colegios profesionales del sector y las oficinas de farmacia, y fuerza al sector a solicitar financiación de terceros para evitar su propia quiebra. Ahora, el negocio bancario de las farmacias es mucho más atractivo que hace 30 años.
Caixabank ya facilitó una operación crediticia en septiembre pasado para que las oficinas pudieran cobrar las recetas dispensadas a lo largo del mes de julio. El factoring que mantienen con el BBVA no preveía tantos retrasos.