La patronal valenciana se emancipa de las subvenciones
Los empresarios valencianos unen fuerzas en una nueva patronal sin dependencia de ayudas públicas tras la quiebra de Cierval
La patronal valenciana se viste de largo. La Confederación Empresarial Valenciana (CEV) culmina su transformación en patronal de ámbito autonómico, con apoyo de empresarios de las provincias de Alicante y Castellón. El empresariado de la Comunitat Valenciana quedó huérfano de una entidad autonómica en abril, cuando la histórica Cierval fue a liquidación dejando una deuda de un millón de euros con la Generalitat, su principal fuente de ingresos.
Ante el vacío de representación, la CEV, patronal de la provincia de Valencia presidida por Salvador Navarro, cambió en marzo sus estatutos para ampliar su ámbito de actuación a toda la autonomía. Este jueves oficializó su conversión en patronal autonómica en una asamblea fundacional, con el apoyo del 74,9% de los asociados, con un modelo que se sustenta en la financiación privada y en la superación de parcelas de poder provinciales.
La CEV era una de las tres patronales fundadoras de Cierval, junto con la alicantina Coepa y la castellonense CEC, y las tres entidades sostenían la estructura de la patronal autonómica desde 1981. Los impagos de cuotas de Coepa y CEC causaron la quiebra de Cierval. Coepa acaba de salir de un concurso de acreedores y la CEC está inmerso en otro.
Caixabank y las sectoriales potentes, en la CEV
Ahora estas entidades se oponen a que la CEV sea autonómica e incluso han fundado una patronal paralela con Cepyme Alicante. El artefacto, denominado Cepal, nace sin apenas fuerzas para dar batalla porque la CEV ha captado ya a las principales empresas y organizaciones sectoriales de toda la Comunitat.
Las patronales provinciales de Alicante y Castellón crean una patronal autonómica paralela sin apoyos de peso
En la asamblea fundacional se ha ratificado la entrada de bancos como Caixabank y Bankia, además de sectoriales de peso de las provincias rebeldes. Del sur se han incorporado la naviera alicantina Baleària; Hosbec, patronal del potente sector hotelero de Benidorm y la Costa Blanca; o Avecal, la patronal del calzado. Castellón ha aportado, entre otras, a Ascer, la patronal azulejera, y a la constructora Obinesa.
Una patronal sostenida por sus socios, no por la Generalitat
Para evitar repetir los errores que llevaron al cierre de Cierval, la nueva entidad empresarial autonómica depende en un 60% de las cuotas de los asociados y solo en un 40% de subvenciones públicas (principalmente de la Generalitat, a través de las ayudas derivadas de la ley de participación institucional). Cada vocalía de la CEV cuesta ahora 1.304 euros, el doble que cuando la patronal era de ámbito provincial, de forma que quien más pague tendrá más peso en la toma de decisiones. La nueva tarifa de cada sillón en la patronal autonómica desaconseja la doble militancia, con lo cual algunas empresas y sectoriales pueden abandonar las provinciales de Alicante y Castellón.
Elecciones en 2018 y posible salto de Navarro a CEOE
En el primer trimestre de 2018 la CEV convocará una nueva asamblea de carácter electoral en la que renovará la junta directiva y el comité ejecutivo. También elegirá a los presidentes de los Consejos Empresariales Provinciales, órganos territoriales de la nueva patronal. Ya a finales de 2018 convocará elecciones para la presidencia, a las que no se presentará Navarro, que podría dar el salto a la vicepresidencia de la CEOE en sustitución de José Vicente González, el último presidente que tuvo Cierval.
Además, la patronal valenciana reforzará su peso en la CEOE. A los siete asientos que tenía en la junta de la patronal española ha sumado los diez puestos que correspondían a Cierval. Según Valencia Plaza, sumará cuatro o cinco vocalías extra hasta llegar a 21 o 22.