Los empresarios nacionalistas: “Tenemos que tomar el mando de las patronales”
El caso de Díaz Ferrán, que dirigió la CEOE, dispara todas las alarmas en los sectores vinculados a CiU
Los empresarios, en ocasiones, y en público, llegan a ofrecer mensajes de calado.
En privado lo suelen hacer, pero siempre con una excesiva prudencia. Quieren ser actores influyentes en la vida social y económica, pero les cuesta asumir las responsabilidades públicas. Quieren ser referentes, pero no les gusta ser objeto de críticas y reproches. Lamentan que el empresariado tenga una mala imagen –hay una serie infantil en TV3 en la que el malvado es el señor empresario– pero en público no adoptan compromisos.
El escándalo en la CEOE
Todo esto comienza a cambiar. Los propios empresarios están reaccionando, después de comprobar como el que había sido el patrón de patrones, el presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, ha protagonizado un de los escándalos económicos más notables desde el caso de Mario Conde. Y los que se juegan su capital, los que están en el día a día al frente de sus empresas, quieren dar un paso adelante decisivo.
Un papel relevante
Oriol Guixà, consejero delegado de la La Farga Group, una empresa industrial centenaria, que ha asumido el reto de la innovación y que ha facturado 1.300 millones en 2012, animó este miércoles a todo el colectivo empresarial a ejercer un papel más relevante. “Los empresarios debemos coger las maletas y hacernos cargo de las patronales, porque si no lo hacemos nos destrozarán”, clamó con determinación.
Guixà se encontraba en el foro idóneo. Con el título de Competir en el mundo: el reto de la localización empresarial, el lobby FemCat, que preside Carles Sumarroca, junto con el Banc Sabadell, ha organizado su sexto foro empresarial.
Y los participantes abordaron todo tipo de cuestiones. Desde la ya obligada necesidad de redimensionar la pequeña y mediana empresa, hasta la exigencia de que se reforme de una vez la administración de justicia y pasando por la reclamación de una mayor conexión entre la universidad y la empresa.
Defensa del sector industrial
Pero el consejero delegado de La Farga Group quería lanzar un mensaje concreto. A su juicio, los empresarios no pueden sentirse representados en las patronales, sea la CEOE o Fomento, e, incluso, las patronales de las pequeñas y medianas empresas o las cámaras de comercio. Y, en el caso de Catalunya, Guixà consideró que los empresarios, además, deben tomar el mando para defender la industria catalana. “El Gobierno español no defenderá la industria, porque defiende otros intereses, los de las grandes corporaciones, que nada tienen que ver con el tejido industrial catalán”, aseguró.
Le secundaron en sus tesis el vicepresidente comercial de BASF Española, Carles Navarro, y el director de Responsabilidad Social y Corporativa de Mango, Xavier Carbonell. Pero fue un interlocutor privilegiado entre el mundo empresarial y el político el que incidió en la cuestión. Fue Antoni Subirà, que moderaba el debate, conseller de Industria de la Generalitat entre 1989 y 2002 y profesor del IESE. “Es cierto que los que no son interlocutores válidos son los representantes de las patronales, que siempre han pedido, según mi experiencia, tres cosas contradictorias: desregularizaciones, menos impuestos y más subvenciones”. En el auditorio del Banc Sabadell se pudieron apreciar en ese momento algunas tímidas sonrisas. Subirà insistió: “Son empleados, y yo no tengo nada en contra de los empleados, pero no se juegan su dinero”, en referencia a los dirigentes patronales.
Estabilidad política y jurídica
El ejecutivo de BASF, Carles Navarro, reclamó a los gobernantes que «escuchen» a los empresarios, aunque admitió que cada vez lo hacen con mayor atención, y que la interlocución ha mejorado mucho. Aseguró que la multinacional seguirá invirtiendo en Catalunya, pero reclamó «estabilidad política y jurídica». Y, de nuevo Guixà, fue más allá, al entrar en el terreno político. Según el ejecutivo de La Farga Group, los gobernantes deberían contar con algunas características: “un máster, hablar inglés y haber pagado alguna vez una nómina”. De nuevo, la complicidad reinó en el auditorio.
Las “estupideces” de los ministros
El propio Subirà echó leña al fuego. “En cuestiones de energía, en mis tiempos de conseller, comprobé que los ministros de industria, algunos de ellos, planteaban auténticas estupideces”, dejando claro que no estaban preparados y tampoco querían escuchar otros planteamientos.
El encuentro de este miércoles, por tanto, supuso una especie de catarsis, de reacción tras la perplejidad del sector empresarial, que ha visto como el caso de Díaz Ferrán ha provocado la recuperación de ese icono tan negativo del empresario enganchado a un puro.