Los dueños italianos de Chupa Chups ponen orden a las cuentas 15 años después de comprarla

La empresa de caramelos catalana compensa las pérdidas de más de 90 millones que arrastraba por el precio al que se cerró la adquisición a la familia Bernat

Chupa Chups pasó en 2007 a manos del grupo italiano Perfetti Van Melle.

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Perfetti Van Melle todavía tenía pendiente absorber el golpe contable que le supuso la compra de Chupa Chups a la familia Bernat. El grupo italiano pagó alrededor de 400 millones de euros por la empresa de caramelos catalana; un precio superior al valor en libros de la compañía. La operación implicó unas pérdidas acumuladas que a cierre de 2020 alcanzaban todavía los 92,7 millones de euros. En la segunda mitad de 2021, la firma decidió poner orden a los números con diferentes reducciones de capital.

El último movimiento se produjo el pasado 19 de noviembre con una reducción de capital que recortó el capital de la sociedad desde los 47 millones de euros hasta los 16,5 millones de euros. «No tenía sentido tener un patrimonio neto y un capital tan alto ahora mismo», explican fuentes de Chupa Chups a Economía Digital.

En verano, la empresa ya redujo los 92,7 millones de pérdidas acumuladas con cargo a reservas, por lo que ya comenzó ordenar las cuentas, que habían quedado trastocadas desde 2007. La situación se remontaba al momento de la adquisición porque la compañía italiana pagó un precio superior al valor contable de las sociedades.

Por ello, Perfetti Van Melle tuvo que anotarse unas pérdidas que no alcanzaba a compensar con los beneficios generados desde entonces. Ya antes del estallido de la pandemia se decidió a arreglar el desajuste; un proyecto que se concretó este mismo 2021. Primero con la compensación de números rojos y luego con la reducción de capital.

Los italianos compraron un Chupa Chups en crisis

La firma italiana se topó enseguida con una Chupa Chups que no valía lo que había pagado. A comienzos de siglo, la empresa de caramelos tuvo que deshacerse de la fábrica de Bayona (Francia) por unas pérdidas de 15 millones de euros. Meses después se vio obligada a hipotecar la barcelonesa Casa Batlló (propiedad de la familia Bernat) para obtener 35 millones que cuadrasen sus balances.

Poco después, Hacienda realizó una inspección a la organización por haber dejado de pagar 13 millones de euros por el IVA y el Impuesto de Sociedades entre 1996 y 1999. La compañía tuvo que pagar hasta 2008 la sanción.

Desde su entrada, Perfetti Van Melle reflotó un negocio que evidentemente no valía 400 millones cuando lo adquirió. Se logró volver a los beneficios, que resistieron incluso en 2020. A pesar de una caída de las ventas desde los 95,5 millones hasta los 71,3 millones, la firma logró ganar 467.000 euros. La cifra es menor eso sí a los 8,6 millones de ganancias cosechadas el año anterior.

Carles Huguet

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