Los comedores piden más ayudas tras perder un 45% de su facturación
La Federación Española de Restauración Colectiva alerta de la pérdida de la calidad del servicio tras los problemas generados por la covid-19
Los comedores escolares, universitarios, de empresas, hospitales, residencias y establecimientos deportivos y culturales, agrupados bajo el sector de la restauración colectiva, han reclamado más apoyo para afrontar el impacto de la pandemia. Todos ellos exigen una mayor corresponsabilidad en la gestión de los diferentes comedores para poder seguir incrementando la calidad y ser económicamente sostenibles.
La entidad encargada de encender las alertas ha sido la Federación Española de Restauración Colectiva, rebautizada recientemente como Food Service España. Su presidente, Antonio Llorens, ha estimado que el sector ha reducido su facturación a casi la mitad (cerca del 45%) durante el año de la pandemia.
Llorens ha explicado que el sector se ha visto obligado a asumir un incremento de los costes derivados de las nuevas medidas que han permitido afrontar los servicios de comedor en entornos seguros contra la expansión del virus.
Las alarmas están encendidas desde septiembre del pasado año. Ese mes, la organización ya sacó un primer comunicado en el que señalaba que «todos sus sectores de actividad están sufriendo un descenso que pone en peligro la continuidad de muchas empresas y el mantenimiento de algunos servicios como comedores escolares o de empresa, e incluso algunos servicios de restauración en el ámbito hospitalario».
Doblar esfuerzos
El 2020 fue un año difícil por otros factores derivados del coronavirus. Uno de ellos fue la necesidad de que las empresas prestaran sus servicios con más de la mitad de las plantillas en Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), teniendo que afrontar una organización «enormemente compleja y costosa».
En este sentido, desde la Federación Food Service España se ha señalado que es necesario que se gestionen ayudas y apoyo a las empresas del sector. De no ser así, existe el riesgo de que las compañías implicadas no puedan realizar tareas «tan indispensables» como la alimentación.
En este sentido, la organización presidida por Llorens recuerda que la mejora de la alimentación «debe contemplarse como un compromiso colectivo que requiere de la participación y la corresponsabilidad de todos los que intervenimos en el proceso, incluyendo administración, clientes y, por supuesto, las empresas del sector».