Los carros de Ikea se llenan menos
La facturación cae 200 millones entre 2011 y 2013 tras hundirse la construcción, de 5,5 millones de viviendas entre 2000 y 2007 a 800.000 desde entonces
Ikea, el imperio de la distribución creado en 1943 por el granjero Ingvar Kamprand, sigue confiando en España como uno de los pilares de su expansión, para alcanzar al final de la década un total de 27 tiendas (12 más que hoy) y ocho centros comerciales, y posibilitar que tres de cada cuatro españoles tengan un establecimiento de la multinacional sueca a menos de una hora en coche desde cualquier hogar.
Esa es la idea, y ahí siguen los 2.500 millones de euros de inversión para hacerla factible, como lo refleja la apertura, el próximo 17 de junio, de Ikea Valencia Alfafar, la segunda tienda más grande en España con 37.000 metros cuadrados.
Pero algo está fallando en estos cálculos. Los españoles han dejado, no tanto de acudir a las tiendas, que lo siguen haciendo (40 millones de visitantes al año), como de comprar al ritmo que venían haciéndolo hasta el verano de 2011, aguantando el tipo hasta entonces a pesar de que la crisis económica estaba ya plenamente asentada.
Misma afluencia, menos gasto
Las cuentas así lo certifican. Las ventas cayeron un 2,5% en el ejercicio 2012 –el año fiscal lo llevan desde el 1 de septiembre de un año al 31 de agosto del año siguiente– y lo han vuelto a hacer en 2013 con otro retroceso interanual del 6%, hasta poco más de 1.000 millones de euros.
El público sigue acudiendo en masa a las tiendas Ikea, pero gasta mucho menos. Y lo hace porque, a diferencia de aquella década prodigiosa, iniciada en 1996 con la apertura en la localidad de Badalona, en Barcelona, de su primer establecimiento en España, hoy existen muchas menos casas que amueblar.
Menos mobiliario de gran tamaño
Se siguen comprando muchos complementos de todo tipo, pero mucho menos mobiliario de gran tamaño para cocinas, salones y dormitorios. El que más cuesta. Hay una razón de peso que lo explica. De los 5,5 millones de casas que se construyeron entre 2000 y 2007 se ha pasado a una situación diametralmente opuesta, la que ofrece las apenas 800.000 viviendas construidas desde entonces.
Ni Ikea, con sus permanentes ajustes de personal y operativos a todos los niveles, ha sido capaz de aguantar una caída de tal envergadura. Y solo las habituales bajadas de precios en sus artículos han amortiguado el impacto.
A la vista de los datos de su último ejercicio fiscal, solo la apertura de la nueva tienda en Sabadell posibilitó que Barcelona se apuntara un ligero incremento en la cifra de negocios, lo que prácticamente la equipara con los cerca de 300 millones de euros que facturaron los tres centros de la Comunidad de Madrid, que mantiene el liderazgo en ventas a pesar de registrar un retroceso del 9% en su facturación.
Expansión
Al margen de Madrid y Barcelona, el comportamiento de los nueve centros restantes, en A Coruña, Asturias, Sevilla y Jerez, fue mucho peor, con caídas porcentuales de entre el 12% y el 15%. Caídas de ventas que, junto a dotaciones extraordinarias de carácter fiscal, dejaron reducido el beneficio a 46 millones de euros, un 44% menos que en 2012.
A pesar de todo, las previsiones futuras de expansión de Ikea en España siguen intactas, apoyadas en un mínimo gasto financiero, el que se deriva de apenas 6 millones tras amortizar la totalidad de un crédito de 100 millones con ING.
Emplazamientos
Aunque los responsables de Ikea –con Belén Frau dirigiendo la filial española desde hace un par de años– suelen ser muy cautos sobre los emplazamientos de sus futuros centros, algunos movimientos no dejan lugar a dudas de por dónde van a encaminar sus pasos en el futuro. Y será también en la Comunidad Valenciana, como en el caso de la inminente apertura de Alfafar, donde abrirán uno de esos 11 establecimientos previstos hasta 2020. Será en Alicante.
Siempre, eso sí, que la burocracia urbanística lo permita. En Alfafar fueron múltiples los problemas, y todo hace pensar que en Rabassa ocurrirá algo similar. Todo estaba previsto para que Ikea pudiera asentarse en Alicante el próximo año, pero habrá que esperar algo más.
Pendientes de Fomento
Ikea se iba a ubicar en una zona de expansión de la capital alicantina, con más de 15.000 viviendas protegidas promovidas por el empresario Enrique Ortiz, implicado en el caso Brugal, pero hace un año el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana tumbó el plan.
Ante este contratiempo judicial, Ortiz e Ikea, con el apoyo del Gobierno regional, han modificado el proyecto para que, si no las viviendas, sí se construya un macrocentro comercial. Solo falta un último informe del Ministerio de Fomento relativo a los accesos para que una nueva tienda de la multinacional sueca se instale en España.