Los carpinteros de Inditex visten a la élite de la moda en plena crisis del sector
La pujanza del sector textil amortigua el declive de las actividades de carpintería y ebanistería en Galicia, que mantienen su prestigio como proveedores de confianza para vestir las tiendas de los grupos Texil Lonia, Adolfo Domínguez o Bimba y Lola en todo el mundo
No corren buenos tiempos para industria de la carpintería y el mueble en Galicia, que arrastra ya siete años consecutivos de caída en su facturación. Frente a la crisis de la construcción y la caída del consumo, la expansión de la moda gallega está siendo la balsa de salvación de los ebanistas gallegos, a quienes el grupo Inditex, Adolfo Domínguez y Sociedad Textil Lonia confían el equipamiento de sus tiendas en todo el mundo.
«El peso de la industria textil para las empresas del mueble tiene una importancia muy grande en Galicia; hay fábricas enteras fabricado para ellos», constata Ángel Hermida, presidente de la Federación de Empresas de Carpintería y Ebanistería de Galicia (Feceg). Según los últimos datos publicados en el informe de resultados de Confemadera, las empresas gallegas de la segunda transformación de la madera facturaron 358 millones de euros en 2014. Este dato marca siete ejercicios continuados en retroceso desde 2007, justo antes de la crisis, cuando facturaban más del doble que ahora: 774 millones de euros.
Empresas con nombre y apellido
La discreción envuelve las transacciones entre el textil gallego y los ebanistas locales, pero hay ciertas empresas cuya actividad principal es vestir las tiendas de moda. Todas siguen las mismas pautas: empresa de carácter familiar, ubicadas en alguna localidad pequeña de Galicia y que mantienen su compromiso y su forma de trabajo durante décadas guidas por sus fundadores. Esta dinámica personal se refleja en sus nombres, en los que funden empresario y compañía.
Es el caso, por ejemplo, del grupo Ramón García, una empresa familiar que tiene su fábrica en Mesía y que ha vestido de madera centenares de tiendas de Inditex, sobre todo de la marca Stradivarius. Ha realizado trabajos en lugares tan remotos como Corea del Sur, Rusia o Arabia Saudí. Tienda en Europa, Asia, África y América… y no solo para Inditex. En Santiago de Chile, por ejemplo, equiparon la tienda Bimba y Lola.
Cándido Hermida es otro de los hombres de confianza de Amancio Ortega. La relación se remonta a 1992. Durante 23 años esta carpintería ha firmado proyectos en 77 países, algunos tan emblemáticos como el Zara más grande del mundo, con 5.000 metros cuadrados en Madrid o el de la Quinta Avenida de Nueva York. Revestimiento de paredes, suelos y muebles made in Galicia, concretamente desde una factoría ubicada en Narón.
Desde A Estrada, tradicionalmente conocida como capital del mueble de Galicia, también se viste a los locales de Inditex, Adolfo Domínguez y Textil Lonia (con sus marcas Carolina Herrera y Purificación García). Allí tiene su fábrica Martínez Otero Contract, decoradora de referencia de la jet textil internacional. Roberto Verino, Pili Carrera, Miss Sixty, Desigual, Loewe o Bóboli se suman a su lista de clientes de la moda.
Pero no sólo de madera viven los fabricantes de muebles. La pujanza de la moda gallega también impulsa la fabricación de mobiliario con hierro, acero o latón. En esto es especialista Industrias Caamaño, con sede en Culleredo, a quien el grupo Inditex confía escaparates, estanterías, escaleras y ascensores. Entres su trabajos presumen de ejecutar una gran puerta motorizada de vidrio del primer establecimiento con la imagen Stage de Bershka en Turín o el gran Zara de la vía del Corso en Roma.
Del monte gallego al mundo
Desde Inditex no detallan datos de sus proveedores pero la empresa sí defiende públicamente que su cadena de suministro «se caracteriza por que más de un 50% de la producción se realiza en áreas próximas a las sedes y centros logísticos en España» y se onorgullece de que sus fabricantes «han crecido con la compañía a lo largo de los años de relación con ella». La carga de trabajo se mantiene gracias a los planes de expansión.
«Si estas empresas llevan tantos años es porque responden y dan calidad», destaca el representante de carpinteros y ebanistas. «Somos buenos fabricantes y para clientes muy exigentes se necesita disciplina y seriedad; los clientes quedan satisfechos con las empresas gallegas y hay mucha diferencia con otros que se basan en bajos costes», defiende Ángel Hermida.
Luz al final del túnel
Aún sin datos cerrados para este ejercicio, desde Feceg perciben una ligera mejora y, aunque con cautela, empiezan a ver la luz al final del túnel. A su favor, suman la competitividad del sector de la que da muestra su relación consolidada con el gigante textil y las exportaciones del mueble gallego, que han crecido un 25%.