Lidl dispara su deuda para financiar el plan de expansión en España

El crecimiento imparable de Lidl requiere una inversión millonaria. Para financiarla, la cadena de supermercado alemana ha optado por guardarse sus beneficios en reservas voluntarias y aumentar su pasivo pidiendo préstamos a la gran banca, hasta disparar su deuda con entidades de crédito en un 24% en un año.

Según figura en las cuentas depositadas recientemente en el Registro Mercantil, la compañía incrementó el importe pendiente de pago en préstamos y créditos en el ejercicio 2021-2022 cerrado el febrero de 2022, hasta los 1.205 millones de euros, frente a los 971 millones registrados el año anterior. Durante ese periodo fiscal, Lidl firmó catorce nuevos préstamos por un importe total de 515 millones de euros.

Entre los más significativos, se encuentran dos préstamos de 50 millones de euros con Sabadell, uno de 100 millones con el francés Crédit Agricole y préstamos con Kutxabank y Unicaja de 70 y 50 millones de euros, respectivamente. La mayoría de los préstamos solicitados por la compañía devengan a un interés de mercado, mayoritariamente indexado al Euríbor. Estas tracciones son previas a la subida de los tipos, por lo que actualmente los intereses serán más elevados que cuando los firmó.

En 2021, la empresa dirigida por Claus Grande presentó un ambicioso plan estratégico con una inversión total de unos 1.500 millones de euros a repartir en cuatro años para abrir 150 nuevos establecimientos y cuatro plataformas logísticas con el fin de asegurar la expansión de la marca en España, un mercado que considera clave. En el primer año de este plan, la compañía ya invirtió 350 millones de euros, con el fin de abrir unas 40 tiendas y un centro logístico en Nanclares de la Oca (Álava).

290M invertidos en 2022

Lidl suele publicar sus cuentas con cierto retraso, por lo que aún se desconoce la deuda acumulada en el ejercicio 2022-2023. Eso sí, las nuevas aperturas continuaron: cerró 2022 con 41 tiendas nuevas, tras invertir 290 millones de euros, una cifra inferior a los 350 previstos inicialmente.

Estas aperturas se repartieron entre 13 comunidades autónomas distintas, permitiendo a la cadena de supermercados incrementar su capilaridad en el territorio para seguir creciendo. Los nuevos establecimientos, sumados al resto de su red comercial, han permitido a Lidl alcanzar alrededor de 670 establecimientos en el país. Aunque no se pone calendario, la compañía con sede en Montcada i Reixac (Barcelona) tiene como objetivo alcanzar los 1.000.

La distribuidora alemana presentó dicho plan, que finaliza en 2024, en setiembre de 2021, pero la firma de préstamos para financiar las nuevas aperturas no es nada nuevo. Según sus cuentas, a lo largo del ejercicio 2020, la compañía firmó ocho préstamos por un importe total de 300 millones de euros, entre los que se encuentra uno de 100 millones de euros con BBVA devengando un tipo de interés fijo; y dos préstamos con Kutxabank y Caixabank de 40 y 50 millones de euros, respectivamente. Antes, en 2018, solicitó un préstamo por un importe total de 180 millones de euros, bajo la modalidad Club Deal.

Su hoja de ruta ya le reportó en el ejercicio 2021-2022 beneficios récord en España, tras superar el bache de la pandemia. La empresa de supermercados ganó 192 millones de euros, un 10% más respecto a los 176 millones alcanzados en 2019, su última cifra más alta registrada en España. Tanto los beneficios de 2021, como los 151 millones ganados en 2020, se destinaron a reservas voluntarias, que ya acumulan 1.020 millones de euros, tras crecer en un 15% en 2021.

En cuota de mercado, Lidl ha ganado 6 décimas en los últimos dos años y se consolida como la tercera empresa del sector que más vende, por detrás de Mercadona y Carrefour. Según datos de Kantar, el 1 de enero de 2023 copaba el 6% del mercado, en detenimiento de Dia, que ha ido perdiendo cuota al mismo ritmo que el de crecimiento de la compañía germana.