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Acuciada por el descenso abrupto de los precios del petróleo y gas; convencida de que el sol y el aire pueden cambiar su extrema dependencia de los hidrocarburos y aligerar la factura nacional, Argelia se ha lanzado al desarrollo de las energías renovables. Es una ruptura de modelo energético sustancial que tiene como primera meta lograr que, a largo plazo, todas las explotaciones petroleras olviden los combustibles fósiles y funcionen gracias a la energía generada por miles de placas solares.
El primer pilar de esta millonaria inversión fue inaugurado el pasado fin de semana por Amin Mazuzi, entonces todavía director general de la empresa estatal de hidrocarburos Sonatrach, en la región de Uargala, fronteriza con Túnez. Allí, y en compañía de Caludio Descalzi, consejero delegado de la petrolera italiana ENI –a la que Argelia ha elegido para este giro– puso la primera piedra de la planta solar que abastecerá el yacimiento de Bir Rebaa.
«Nuestro objetivo es garantizar que todos los campos de Sonatrach funcionen con energía solar. Hemos reforzado nuestro negocio con ENI en los sectores petrolero y petroquímico, y ahora tocamos la energía renovable», afirmó. «Todo es beneficioso en ese proyecto, tanto al ambiente como la creación de empleo y la integración. Es un proyecto piloto que se extenderá a todos los sitios petroleros», agregó Mazuzi horas antes de ser cesado.
Primera lección
El reemplazo está relacionado con este viraje de la política energética de Argelia, que ha visto como en los últimos dos años el desplome de los precios del crudo, principal riqueza nacional, se ha comido una gran parte de su reserva de divisas. Su sustituto, el ingeniero Abdelmumen Uld Kaddur, aseguró en su primer mensaje como máximo responsable de Sonatrach, que la compañía aspira a convertirse en «uno de los protagonistas de este segmento, designado como prioridad nacional por el presidente de la república», Abdelaziz Buteflika.
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Sonatrach tiene «un ambicioso programa en término de energías renovables que se concreta con el apoyo a las compañías nacionales e internacionales, tanto públicas como privadas» y cuyo objetivo final es «preservar la seguridad energética del país», afirmó. Bir Rebaa Norte se perfila como un banco de pruebas inmejorable: situada a unos 1.100 kilómetros al sureste de Argel, en una zona desértica bajo un sol constante y abrasador, la primera planta fotovoltáica de este plan prevé estar lista en diciembre de 2017.
Un total de 32.000 paneles solares que se extenderán por área de unas 20 hectáreas, producirán diez megawatios y permitirán a Argelia ahorrar el equivalente a seis millones de metros cúbicos de gas al año, que podrán ser destinados a la exportación. A su lado, la empresa participada por ENI y Sonatrach prevé levantar, igualmente, un laboratorio de investigación «inteligente», que desarrollará y probará nuevas tecnologías en las condiciones, a veces extremas, del sur de Argelia.
Segunda lección
Es también la primera piedra de un plan nacional de desarrollo de las renovables que prevé producir 22.000 megavatios de electricidad en 2030 para consumo interno, y 10.000 megavatios adicionales para la exportación. Un plan que tiene como objetivo final reducir en más de 9% el consumo de energías fósiles en 2030 y ahorrar 240 millones metros cúbicos de gas natural, unos 63.000 millones de dólares, en dos décadas.
La apuesta pretende diversificar y reducir la extrema dependencia que el régimen argelino tiene del petróleo y el gas, que suponen el 97% de sus exportaciones. Otros países, como Venezuela, están en una situación similar: sus prespuestos públicos se hicieron añicos como consecuencia del petróleo barato. En este marco, Argelia prevé lanzar en los próximos meses varios concursos nacionales e internacionales para la adjudicación de paneles solares y de otro tipo de equipamiento industrial necesario para la producción de 4.000 megavatios.
Descalzi calificó el proyecto de Bir Rebaa Norte de estratégico y recordó que la cooperación entre ENI y Sonatrach es importante, antigua y se va a reforzar aún más en el futuro. «El acto de hoy es muy simbólico, es un proyecto muy importante que tiene como objetivo reemplazar el consumo de gas. Este es un proyecto piloto, pero estamos trabajando (también) en el desarrollo de la producción de petróleo y gas aquí en Bir Rebaa Norte», dijo a Descalzi.
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El directivo italiano recordó que desde 2010, ENI ha invertido más de 11.000 millones de euros en Argelia, tanto en energías fósiles y renovables, lo que representa el 30% de las inversiones de la compañía en el extranjero. Y es que en los últimos años Italia se ha adelantado a países como Francia y España, que no ha sabido ver el negocio a pesar de su fuerte inversión en renovables, y ha devenido en el primer socio comercial de Argelia con 9.000 millones de dólares y la energía como el sector clave.
El envite argelino sobre las renovables no supone que Sonatrach abandone otras opciones, como la prospección y exploración minera, que sigue considerando esencial, tal y como dijo el martes Salah Mekmuch, uno de los vicepresidentes de la compañía.