Las triquiñuelas de los productos de alimentación
Algunas etiquetas descubren grandes sorpresas como que el Nestea no es realmente té
¿Es publicidad engañosa vender un producto que parece, huele, sabe y se vende como té pero que en realidad no lo es? El Nestea de Nestlé, fabricado por la embotelladora Cobega, la misma de Coca-Cola, contiene un porcentaje residual de té. Es, básicamente, un producto de agua y azúcar. En la lista de ingredientes –que siempre aparecen del más al menos importante, según la normativa–, el “extracto de té” aparece, incluso, después de los correctores de acidez.
El producto cuyo nombre da a entender que se trata de té, explica en la parte posterior del envase su verdadera naturaleza (denominación de venta): bebida refrescante de extractos. Del té, ni rastro.
Lo que algunos consumidores podrían considerar como un engaño no es exclusivo de Nestea. La versión de la marca blanca Mercadona, Hacendado, especifica su contenido de té en sus bebidas: 0,05% en el té verde y 0,07% en el té limón. El Ice Tea de la marca DIA tampoco detalla la cantidad de té que contiene, según un estudio de la Unión de Consumidores de España.
Sin detalles
Los fabricantes de alimentos aprovechan la legislación española, ambigua en cuanto a la obligación de especificar el porcentaje de los ingredientes, para ocultar un pobre contenido. Ocurre mayoritariamente con los zumos, salsas y alimentos preparados. Algunas marcas como la Hacendado de Mercadona ha optado por no especificar, por ejemplo, la cantidad de carne en su salsa boloñesa. La empresa asegura que contiene un 20% de carne de ternera y cerdo por encima del 10% de la salsa Carrefour o del 15% de la salsa Gallo.
“No hacemos esa especificación porque la ley no lo obliga y cada fabricante puede detallar el contenido de un ingrediente si lo quiere destacar. Nosotros, por ejemplo, lo hacemos con el aceite de oliva en esa salsa”, explica una portavoz de Mercadona.
Ley ambigua
La norma general de etiquetado (1334/1999) obliga a especificar la cuantía de los ingredientes cuando el consumidor “asocie a los ingredientes con la denominación de venta” o cuando aparezcan destacados en el etiquetado con palabras, imágenes y representación gráfica. El Nestea “al limón”, por ejemplo, no contiene limón, según su etiquetado. Tan sólo aromas.
Pero la ley europea es mucho más clara y obliga a especificar la cuantía de todos los ingredientes, una exigencia que parece no tener controlada totalmente el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, a juzgar por el etiquetados de los productos. Según el Centro Europeo de Atención al Consumidor, los productos españoles están obligados a especificar qué peso tiene cada ingrediente en cada producto.
“Si vamos a reclamar esto delante de un juez, es probable que nos dé la razón”, explica Jean Bernard Audureu, portavoz de la asociación de consumidores Asgeco. “En 2016 habrá un cambio de legislación que será más transparente, aunque creemos que seguirá siendo insuficiente. Hay muchas cosas por aclarar como el origen o las grasas trans”, agrega.