Las razones del ‘no’ de Great Wall Motors a Nissan Barcelona
El fabricante asiático reformula su ofensiva para el mercado europeo, más agresiva de lo esperado, y se niega a afrontar los costes asociados a la planta catalana
Great Wall Motors ha dicho no a quedarse con la fábrica de Nissan en Barcelona. La automovilística china ha rechazado la última oferta realizada por el Gobierno y la Generalitat para quedarse con la instalación catalana, que queda ahora a la espera de un nuevo inversor de entre las otras proposiciones. Los costes asociados al centro y la nueva estrategia de la compañía en Europa fueron claves para la retirada.
El fabricante asiático tenía una previsión inicial de ensamblar un máximo de 150.000 unidades en 2025 para nutrir al mercado europeo desde la capital mediterránea. Sin embargo, sus previsiones se desbordaron y las cifras se duplicaron para el próximo lustro. En la instalación barcelonesa la capacidad roza los 200.000 coches al año, por lo que resultaba insuficiente para sus necesidades.
Por muchas propuestas que hiciese la administración, el techo de la fábrica de Zona Franca era prácticamente irresoluble. Y aunque algunos de los actores implicados lo vieron como una excusa o una medida de presión, la contraoferta no podía arreglar este contratiempo.
El Gobierno y la Generalitat además no podían otorgar los incentivos que desearan. Toda ayuda de estado está controlada por la Comisión Europea. Y los 100 millones que ofrecieron ambas administraciones ya se acercaban al máximo tolerado por las autoridades europeas. Más apoyo público implicaba más inversión, pero la balanza debía mantenerse aproximadamente con un equilibrio similar al de la primera oferta.
Un tercer impedimento fueron los costes asociados a la inversión en la planta barcelonesa. Más allá del precio de los activos fijado por su actual dueño (que se rebajó) y del alquiler del Consorci de la Zona Franca (que también se recortó), Great Wall debía afrontar una negociación con los sindicatos, que pactaron unas condiciones con Nissan que la firma china no quería asumir.
Más allá del salario, el nuevo inversor debía priorizar a la plantilla actual del centro antes de afrontar nuevas contrataciones de personal más joven y más barato.
La mesa de reindustrialización se convoca de urgencia
Tras conocerse la negativa de Great Wall Motors, Nissan, las administraciones y los sindicatos convocaron una reunión extraordinaria de la Mesa de Reindustrialización para analizar los motivos esgrimidos por la compañía china para justificar su retirada del procedimiento.
«Desde la representación de los trabajadores hemos exigido la concreción definitiva del plan alternativo para la reunión de próximo viernes, así como seguir manteniendo conversaciones constantes durante esta semana», explicó el comité de empresa en un comunicado.
Por el momento, el martes se detendrá la poca producción que todavía existe en el centro de Zona Franca por la convocatoria de una asamblea que se realizará en las puertas de los locales de los sindicatos para ampliar la información a la plantilla.