Las patronales cifran la sangría del comercio catalán en 600 ‘persianazos’ al mes
Pimec Comerç estima que el ritmo de clausuras se mantendrá en 2012 y propone revisar las “rebajas encubiertas” que los grandes almacenes mantienen casi todo el año
La sangría del comercio no se detiene. El ritmo de persianazos, las clausuras definitivas de establecimientos, se aceleró durante 2011 y ha terminado con el cierre mensual de unos 600 comercios al mes en Catalunya, un ritmo que la patronal prevé que continúe en 2012 por las restricciones del crédito y un estancamiento del consumo, un panorama sombrío que pudiera extender durante el 2012.
La debacle que enfrentan los comercios se ha pronunciado con una mala temporada en los fuertes períodos de venta: Navidades y rebajas. La facturación navideña ha supuesto un 3% menos de venta para los pequeños comercios, según explicó Alejandro Goñi, presidente de Pimec Comerç, y las de rebajas, a punto de concluir, tampoco están arrojando resultados especialmente positivos. “Duran demasiado. Es necesario que entre todos los sectores replanteemos las rebajas. Deberían ser más cortas. Creemos que sería más idóneo para el pequeño comercio plantear tres períodos de rebajas al año más cortos y que el tercero coincida con la antesala a las ventas navideñas ”, explica el presidente de la patronal.
Con la bajada del consumo, el pequeño comercio está comenzando a resentirse aún más de las políticas agresivas de “rebajas encubiertas” de los grandes almacenes, a juicio de la patronal. Las campañas como “La Semana Fantástica” del Corte Inglés o los descuentos del IVA de Mediamarkt son rebajas fuera de temporada y contravienen la legislación de comercio, a juicio de Pimec.
“El ente regulador, la Generalitat, está desbordado. Además la norma está desfasada”, opina Goñi.
Ropa y muebles
La Confederació Catalana de Comerç (CCC) reconoce una pérdida de establecimientos especialmente en los negocios de ropa y equipamiento del hogar. A pesar del descenso en el número de establecimientos, la CCC asegura que el comercio en Catalunya sigue siendo fuerte y el descenso en la facturación no es tan acusado como en las grandes superficies.
La confederación, no obstante, maneja cifras de cierre más conservadoras y asegura que se han perdido tan sólo 1.100 comercios en el 2011. “No atravesamos una situación dramática pero sí nos enfrentamos a un año muy complicado: la desconfianza del consumidor es muy elevada”, asegura Miguel Ángel Fraile, secretario general de la CCC.
Pero el elevado número de bajas de comercios no es homogéneo y no implica que todas las clausuras impliquen un cierre permanente del negocio. Las zonas céntricas de las grandes ciudades siguen siendo ejes comerciales de peso y en los barrios, más afectados, los nuevos comercios de inmigrantes sustituyen una parte de los tradicionales que cierran definitivamente.