Las energéticas urgen a Sánchez a formar gobierno para renovar la CNMC
El Gobierno tiene pendiente la renovación de la CNMC, con la que ya ha chocado por la remuneración a las eléctricas y gasísticas
Pedro Sánchez tiene motivaciones de sobras para lograr la investidura, aunque mantiene su toma y daca con Pablo Iglesias y Unidas Podemos. Pero una de estas motivaciones, quizá una de las que pasa más desapercibida, es poner orden en la CNMC, el organismo regulador de la competencia, que ya ha puesto a las empresas energéticas en pie de guerra y ha obligado al gobierno a actuar.
El 9 de septiembre es la fecha clave. Se cumplen seis años del nombramiento de José María Marín Quemada como presidente de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, que se creó en 2013 para aunar las tareas de las comisiones de energía, telecomunicaciones y competencia. Un macroregulador del que solo se escaparon los asuntos financieros y bursátiles, en manos del Banco de España y la CNMV.
Los cargos del consejo de la CNMC duran seis años y no son renovables, por lo que en septiembre toca sustituir a Marín Quemada, a la vicepresidenta, María Fernández, y a los consejeros José María Guinart, Clotilde de la Higuera y Benigno Valdés, como adelantó la agencia Efe. En caso de que no haya relevo, seguirán hasta que el Gobierno decida sus sustitutos.
La lógica dice que un ejecutivo en funciones, como el de Pedro Sánchez, no renovará estos cargos. Son para seis años y el organismo tiene una importancia capital para el funcionamiento de varios sectores y de la economía en general. Pero Sánchez está deseando renovarlo, y las energéticas, empresas con tanto poder como Naturgy, Enagás, REE y Endesa, le están empujando.
Las empresas energéticas ya han mostrado su malestar, de forma particular —algunas en público, otras en privado— y conjuntamente, a través de la patronal Aelec, ante el hachazo propuesto por la CNMC. El regulador propone recortes al transporte y distribución de gas y electricidad de entre el 20% y el 7%, medida que es especialmente dura con el gas.
Naturgy, Enagás y REE son las empresas que saldrán más perjudicadas y también las que más han sufrido en bolsa. Desde las primeras informaciones acerca del recorte hasta ahora, en menos de dos meses, acumulan caídas de entre el 10 y el 20% de su valor de mercado. Una pérdida de miles de millones a la que ya han respondido con argumentos, freno de inversiones y recursos.
La compañía más explícita ha sido Naturgy. Su presidente, Francisco Reynés, que se encuentra en un profundo proceso de recorte de gastos, personal e inversiones, no dudó en paralizar lo que la empresa destina a las redes de gas en España. Mientras no se resuelva la remuneración para los próximos años, corta el grifo de las inversiones.
Pero no solo las empresas han levantado la mano para protestar contra la CNMC. El Gobierno también presentó alegaciones, y no se quedó corto en su enmienda a las propuestas de Competencia. El Ministerio de Transición Ecológica tachó las circulares del organismo presidido por Marín Quemada de inconcreto y argumentó que le faltan datos e invade competencias.
El ministerio capitaneado por Teresa Ribera cree que la CNMC no tiene argumentos suficientes, o al menos no los ha presentado, para justificar el recorte al transporte y distribución del gas. Además, critica que las propuestas de Competencia no tienen en cuenta la política energética del Gobierno. También es cierto que éste está en funciones y el plan es a varios años.
Tensión entre Sánchez y Marín Quemada
La propuesta de retribución a las energéticas ha sido la chispa que ha encendido la mecha entre el Gobierno y la CNMC. La falta de sintonía de Sánchez y Ribera con Marín Quemada no es nueva. El presidente de la comisión es cercano al PP; fue nombrado por Mariano Rajoy. Pero el enfrentamiento con las eléctricas y gasísticas ha sentado como un tiro, no tanto por el qué sino por el cómo y cuándo, y ha abierto una guerra también de competencias
En realidad, el recorte de la retribución con la finalidad de abaratar la factura de la luz y el gas coincide con las política energética del Gobierno. Pero la CNMC lo lanzó con el ejecutivo en funciones y sin contar con él, provocándole un incendio con las empresas, que se apresuraron a defender su territorio.
Aún así, todo el pescado no está vendido. Ambas partes tendrán que dirimir qué competencias tiene la CNMC y para qué, y el Gobierno leerá con atención las alegaciones de las empresas antes de tomar una decisión. Pero se trata de una patata caliente que tendrá que torear en muy mal momento, mientras Pedro Sánchez intenta ser investido presidente otra vez, para lo que le queda menos de un mes.
Lograr la elección es condición parece que imprescindible para que pueda echar mano a la CNMC y proponer un presidente del consejo más cercano que Marín Quemada. Si logra evitar la repetición de elecciones, será de las primeras cosas que haga. Si no, el presidente de Competencia obtendrá una prórroga de algunos meses y el problema de Sánchez —si vuelve a ganar— se enquistará.